Capítulo 46: Fragmentos del mundo

                                    

                                          
Después de que la noticia de que un trabajador a tiempo parcial se había despertado en una casa de Haejang-guk se difundiera rápidamente a través de la red regular de la casa de Haejang-guk, la historia de J se escuchó entre los clientes habituales. La historia de J encajó entre los clientes habituales. Hacía tiempo que habían olvidado que EZ, el vendedor de piedras de maná, supuestamente era un residente del vecindario.
Toda su atención se centra en "Felicitaciones por tu despertar, trabajador a tiempo parcial. ¿Está cerrada la casa Haejang-guk?"
El cazador que ha despertado sin saberlo tiene que unirse a un buen gremio, conseguir cuatro importantes garantías de seguro y trabajar por su salario. Incluso si la calificación era baja, conseguir un trabajo como empleado de oficina en un gremio era mejor que conseguir un trabajo en una empresa general.
Esa es la percepción general, y la mayoría de los empleados habituales pertenecen al gremio, por lo que esa percepción era más fuerte. Además, los honestos trabajadores a tiempo parcial de la casa de Haejang-guk son personas talentosas que tendrán éxito en todo lo que hagan, por lo que cualquier gremio querrá contratarlos.
Pero si se une al gremio... ¿Quién dirigirá la Casa Haejang-guk?
La abuela tiene una pierna mal y no puede hacer frente sola a las exigencias de los cazadores que comen rápido. Además, incluso si encontrara un nuevo trabajador a tiempo parcial, no estaba claro si podría trabajar tan bien como Cha Ui-jae, el actual trabajador a tiempo parcial. Después de todo, ¡su haejang-guk sabe como si lo hubiera estado preparando durante 30 años!
Afortunadamente para Cha Ui-jae, que quería vivir tranquilamente, era un hombre irreemplazable en el mundo de la casa Haejang-guk. Como resultado, los clientes habituales, todos ellos con altos cargos en la comunidad de cazadores de Corea, llegaron milagrosamente a un consenso entre ellos.
Se llamó la reunión secreta de la casa Haejang-guk.
Bae Won-woo, que logró sentarse en una caja de plástico frente a la basura sin quemar, se metió una barra de proteína en la boca.
"Bueno, el desarrollo de talentos es bueno. La exploración también es buena. Todo está bien, pero estiremos las piernas y mantengamos los modales comerciales, líder del equipo Han. Dijo que no quiere unirse al gremio. ¿Eh? ¿Crees que podemos hacerle cambiar de opinión? Es su decisión. Eso es todo lo que importa. Todavía tenemos un largo camino por recorrer para proteger la Casa Haejang-guk, ¿no?"
El líder del equipo Han, de pie frente a la basura en llamas, también levantó sus gafas con su dedo medio.
"No creo que sea correcto escuchar al Gremio Pado, que arrasa con todo tipo de talentos a pesar de que se le llama una élite minoritaria, pero... Como desees, Vice Líder del Gremio Bae Won-woo. Entra y tómate un tazón de Haejang-guk".
"Oye, este chico me gusta por primera vez. ¡Vamos! Pidamos también dos botellas de soju".
"Bueno."
Bae Won-woo, subdirector del gremio Pado, y el líder del equipo Han, jefe del equipo de recursos humanos del gremio HB, se dieron la mano después de algún tipo de acuerdo en un lugar de reunión separado cerca de la casa de Haejang-guk. Más tarde, el cazador que animó a Cha Ui-jae a unirse al gremio desapareció. Esto fue algo bueno para Ui-jae.
En cambio, el aluvión de regalos secretos aumentó.
Levanté el regalo, cuidadosamente envuelto en guantes de goma, para que todos lo vieran.
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"Para la persona que dejó caer esto en la cocina".