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— En serio, Mariana. En serio no puedo hacerlo. No puedo, no puedo, no puedo. 

Repetía sin cesar Roier mientras era arrastrado por su manager hasta el Set de grabación.

— Claro que puedes hacerlo. Deja de decir eso. 

— No, no, no. No puedo. Siento… S-siento que me voy a desmayar. De hecho ya estoy viendo borroso ¡Lo juro! ¡AUXILIO, UNA AMBULANCIA AQUÍ! 

Exclamó cuando estaban llegando a la entrada del lugar.

Mariana se detuvo haciendo que Roier chocara con su espalda, y se giró para rápidamente cubrirle la boca al menor.

— Dios, Roier. ¿Puedes callarte? —Pidió más como una queja.— Te estás comportando como si fueras a tu sentencia de muerte. 

Roier balbuceó algo sobre la mano del más alto. Este automáticamente la alejó haciendo una mueca de asco y se la limpió en el saco de vestir.

— ¡Qué asco, mien! —Dijo mientras frotaba la mano en la tela. Luego preguntó:— ¿Qué has dicho?

— ¿Sabes que me puedo morir por exceso de vergüenza? Si voy allí y hago el ridículo, definitivamente me voy a morir y va a quedar en tu pinche conciencia para siempre. 

Mariana miró hacia arriba como si le estuviera rogando a algún dios por más paciencia para aguantar las pendejadas del castaño. 

— ¿De qué vergas estás hablando? Eso es imposible. 

— ¿Ah, sí? Míralo de esta manera…—Roier se enderezó intentando dar una imagen más convincente para lo que iba a explicar.— Entro allí, hago el ridículo, me da un ataque de pánico, las personas comienzan a acercarse a mi, me presionan, no hay una ambulancia cerca, todo empeora, me da un paro cardíaco y, bum. Adiós Roier “Amado hijo, hermano y amigo. Te recordaremos siempre con amor y alegría…”

Su manager rodó los ojos.

— Eres un pinche exagerado. ¿Acaso escuchas lo que dices? 

Sin duda Roier no escuchó ni una palabra. Tampoco escuchó a Mariana cuando repentinamente se lanzó al suelo para ponerse de rodillas y juntar sus manos en frente del mayor. 

— Mariana, en serio. Nunca te he pedido nada. —Comenzó a rogar ganándose una mirada de completa sorpresa.— Por favor, ¡Por favor! Hay que irnos. Ahora. 

— Roier… ¿Qué mier-

— Oh, ahí están. Ya era hora. —Habló una joven chica de cabello rubio cuando los encontró en la entrada. Inmediatamente su mirada se posó en Roier quien seguía en el suelo.— ¿Qué es esto? ¿Un tipo de ritual antes de empezar? Ugh, no importa. ¡Chicas, vengan aquí! 

Un grupo de mujeres que llevaban camisetas negras con la palabra “Staff” escrita en letras blancas se acercaron velozmente hasta donde estaban. 

— Llevenla a prepararse y repasar sus escenas. 

Roier no tuvo tiempo de decir algo más cuando rápidamente lo tomaron de los brazos y lo llevaron dentro del set. Mariana solo pudo ver su rostro mortificado antes de seguirlo junto a la rubia.

— Disculpe, mi cliente está un poco… Alterada. ¿Es posible que podamos saltarnos la parte de “repasar”? 

La chica ni siquiera lo miró cuando respondió:

— Voy a hacer como que no escuché eso. 

Y Mariana tuvo que morderse el labio inferior para no soltar una maldición. Esa joven tenía muy mal carácter. ¿Cómo se llamaba?

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2024 ⏰

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