30-¡Fuera!

                                    

                                          

*Pablo*
-Ya estamos acabando enano-me dijo Albert y yo asentí sintiéndome mal, la rodilla volvía a molestarme en cada movimiento que Albert realizaba en ella, aunque estaba aguantando me dolía muchísimo-¿Quieres poner música? Te dejo elegir el tema-me dijo y yo asentí.
Me acerqué a por mi teléfono y puse Too mano nights para acabar la sesión.
Albert sonrió por mi gusto musical y me dijo que la metería en la lista que compartíamos con Iris porque esa nueva y seguro que a la rubia le gustaba.
Mi rubia...
Y como si pensándola la hubiese atraído, unos nudillos tocaron a la puerta y Albert se levantó a abrir dejándola ver.
Tenía un semblante serio y sus ojos estaban tan apagados que parecía que no había un destello de felicidad en ellos.
-Hola guapa-le dijo mi fisio.
-Hola chicos, ¿como va esa rodilla?-preguntó soltando sus cosas mientras se recogía el pelo con una pinza.
-Mejor-le dije y ella asintió abriendo su libreta mientras Albert volvía a seguir con sus ejercicios.
Los últimos de hoy.
-Más tarde puedes meterte en la piscina, te irá bien-me dijo y yo asentí chocandole la mano.
-Gracias tío-le contesté.
-Todo tuyo-le dijo a Iris tras despedirse de mi y ella le sonrió ocupando la silla que había a mi lado.
La puerta se cerró dejándonos solos y ella inspeccionó mi rodilla con la mirada unos segundos, para volverlos hasta mi.
-¿sensaciones?-empezó mirando su libreta mientras carraspeaba.
-Ahora mismo las sensaciones no son muy buenas, más bien confusas, esto es un paso atrás-le dije y ella negó.
-No Gavi, no es un paso atrás-me dijo y yo rodé los ojos. Gavi, ahora era Gavi.-más bien es un frena, piensa y actúa-me dijo y yo la miré alzando las cejas-mira a tu alrededor-me pidió y yo frunci el ceño-tienes un equipo entero esperando por ti, un staff que te desea lo mejor, un entrenador que te necesita en cada partido, una grada que Corea tu nombre aunque lleves meses sin jugar, una afición que sigue esperando a su guerrero y una familia y unos amigos que esperan tu regreso emocionado-me dijo-tienes muchas personas deseando verte bien, volver a ser tú, ¿Vas a rendirte por esto? ¿Por un pequeño contratiempo? Si fuese otro compañero tuyo el que estuviese en tu situación tu serias el primero en animarle y decirle que no se rindiese, porque eres el jugador que mete la cabeza donde otros no van a meter el pie, eres el que lucha cada balón como si fuese el último, el que corre más que nadie, el que ataca y defiende, ¿y vas a rendirte por esto? ¿Vas a defraudarte a ti mismo? ¿O vas a seguir mejorando para volver a ser el mejor?-me preguntó y yo sonreí.
-Voy a volver a ser el mejor-le dije y ella sonrió también asintiendo.
-Eso quería escuchar-me dijo mientras escribía sonriendo apuntando en su libreta y yo la miré ensimismado.
-¿Y tú? ¿Cuáles son tus sueños?-le pregunté y ella me miró frunciendo el ceño- ¿por qué decidiste dedicarte a la psicología?-Le pregunté y noté como dejó de escribir y se puso algo nerviosa.
-No quería.. dedicarme a esto-me dijo y yo alcé las cejas, no esperaba que me dijese eso.
-¿Qué no? ¿Y a qué te querías dedicar?-le pregunté y ella suspiró mirandome tristona.
-Queria dedicarme al periodismo deportivo-me dijo y yo alcé las cejas.
-¿¡Qué?!-le dije abriendo los ojos- jamás pensé que eso te gustase, creía que pasabas del fútbol y de los deportes en general-le dije y ella negó.