27-07-2013
Yuki 5 años
Había terminado de ver la carrera y, aunque la vi por televisión, la emoción de ver a mi piloto favorito ganar nuevamente era increíble. Corrí hasta el comedor, donde estaban mis papás. Kamui estaba concentrado en su computadora, y Checo aún desayunaba.
Deslicé una de las sillas cerca de papá Checo y me senté junto a él.
-¡Papá! ¡Alonso volvió a ganar! -exclamé emocionado, sacudiendo su brazo-. Su auto iba tan rápido que nadie lo alcanzaba. ¡Yo quiero ser como él!
Papá Checo soltó una pequeña risa ante mi emoción.
-Me alegro mucho por Alonso, cariño. Pero ten cuidado, no vayas a ser que te quemes con el café -dijo tranquilo, alejando suavemente mi mano-. ¿Así que quieres correr como él? ¿De grande quieres ser un piloto famoso, Yuki?
Antes de que pudiera responder, Kamui soltó sin mirar de la pantalla:
-Por favor, Sergio, no le llenes la cabeza con ideas tontas.
Su comentario hizo que mi emoción se apagara un poco. Miré a papá Kamui con tristeza, preguntándome si realmente era una tontería querer ser piloto.
-Pero, papá, yo también quiero manejar como Alonso y otros pilotos -dije casi al borde del llanto-. ¡Quiero ser un piloto famoso y hacer felices a mis papás!
Kamui frunció el ceño, su tono corto:
-Es un deporte caro, y seguramente no tienes el talento, Yuki. Ahora cállate y deja esa idea estúpida. No quiero escucharte hablar de eso otra vez.
Me desperté de golpe, respirando algo agitado. Tomé mi celular para ver la hora: los cuatro de la madrugada. Frustrado, pasé la mano por mi rostro al recordar el sueño, o más bien la pesadilla, reviviendo momentos de mi pasado. Me levanté de la cama y salí de mi habitación, procurando no hacer ruido. Lo último que quería era despertar a mi papá. Entré en el baño y me lavé el rostro, mirando mi reflejo en el espejo. Me sentí abrumado. Siempre me consideré feo, pero últimamente, cuando ese chico rubio me llamaba por apodos que hacían mi cara arder, dudaba... ¿era lindo? Me lavé la cara de nuevo, tratando de alejar esos pensamientos de mi cabeza.
Salí del baño, dispuesto a regresar a mi habitación, pero una voz llamó mi atención. Me acerqué al primer escalón de la escalera y me senté, mirando hacia la planta baja donde había una luz encendida. ¿Papá estaba despierto a esta hora? ¿Qué estaría haciendo?
Narración de Sergio
-No te preocupes, Leoncito. No me moleste levantarme a esta hora para escucharte unos minutos -dije con un tono alegre y cariñoso.
-¿Todo está bien por allá? Te extraño mucho... -preguntó en neerlandés desde el otro lado de la línea.
-Oh... bueno, tuve un pequeño problema con Kamui, pero fuera de eso todo está bien -respondí, frustrado, mientras me sentaba en el sofá y recostaba mi cabeza en el respaldo.
- ¿Qué sucedió con él? ¿Te hizo algo? ¿Le hizo algo a Yuki? -su tono sonaba preocupado-. ¿Chequito? ¿Sigues ahí?
-Sí, sigo aquí, es que... -me quedó callado, sin querer volver a llorar por lo mismo-. Me da miedo que Kamui consiga la custodia, ¿sabes? Casi nunca estoy en casa y Yuki pasa mucho tiempo solo. A él no le molesta, pero eso podría jugar en mi contra... Kamui ahora está casado, y podría parecer un mejor padre que yo. Y... -Un sollozo se me escapó, mostrando cuánto me afectaba el tema-. Lo siento... Seguramente querías hablar de algo importante, y aquí estoy llorando por lo que pasó con Kamui.
-Cariño, está bien, no me molesta que me hables de esto. Además, no tienes por qué preocuparte; Yuki ya es lo suficientemente grande para decidir con quién quiere estar, ¿sabes? Y además, Yuki te adora. Eres su papá, amor, siempre has estado para él -sus palabras me hacían sentir más tranquilo, aunque esa preocupación aún seguía en mi pecho-. Y yo estoy aquí para apoyarte, en todo lo que necesites. Si tengo que partirle la cara a ese idiota, lo hago con mucho gusto.
Solté una risa baja, y Max también se rió al cabo de unos segundos. Siempre encontré la manera de hacerme reír, incluso estando a kilómetros de distancia.
-Gracias, Leoncito, por estar para mí -murmuré con gratitud-. ¿De qué querías hablar? Te interrumpí con todo esto...
-Ya te dije que no me interrumpiste, Checo. Solo quería avisarte que dentro de poco podría volver a Mónaco y estar contigo. Aunque... Daniel viene conmigo, y se me ocurrió la idea de... pasar un día en familia.
Aquella última palabra hizo que mi corazón latiera con fuerza. Hacía mucho que deseaba revivir ese sentimiento, el de una verdadera familia. Sabía lo mucho que a Yuki le podría gustar la idea de pasar tiempo juntos de esa manera... como una familia.
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¡Yuki!
FanfictionEsta historia está narrada principalmente desde el punto de vista de Yuki, mostrando el impacto que puede provocar la separación de sus padres y la inesperada aparición de dos personas en su vida que, con el paso de los días, la transformarán por co...