JiMin tenía ocho años y vivía en la ciudad de Seúl con sus padres en una pequeña vivienda cerca del parque donde él suele jugar todas las tardes con sus amigos. Se consideraba un niño feliz, a pesar de no tener las comodidades que sus padres no podían darle con mucha facilidad. Sin embargo, JiMin no lo necesitaba, tenía amigos y a quienes adoraba con todo su corazón y sus padres, a pesar de que últimamente no se estaban llevando del todo bien siempre trataban de darle todo el amor que podían.
Ese día en particular, JiMin había vivido uno de los peores momentos de su vida a sus ojos; ver a su mejor amigo TaeHyung desmayarse frente a él en una clase de educación física. A pesar de no ser algo grave, JiMin se asustó muchísimo, entonces allí se encontraba en un taxi camino al hospital junto con su madre y una cesta de galletas de chocolate para su amigo, el castañito estaba más que seguro que aquel detalle haría sentir mucho mejor a TaeHyung.
—Mamá, me asusté mucho.—Lloriqueó JiMin tapando su rostro entre sus regordetas manos mientras movía sus pequeñas piernas de atrás para adelante, su madre, acarició sus hebras castañas para tranquilizarlo.
—No te preocupes pequeñito, TaeHyung solo se desmayó porque no desayunó.—Le dijo suavemente, dejando un beso sobre su cabeza.—En un momento llegaremos al hospital y podrás visitarlo ¿sí?
JiMin asintió; mirando con sus ojos avellanas llenos de lágrimas a su madre. La mujer, de nombre Haneul le secó las lágrimas con la yema de sus pulgares aprovechando el momento para besar su frente, dándole un poco de seguridad al pequeño. Verdaderamente JiMin jamás había pasado por una situación como esa, siempre había sido consentido y muchas veces sus padres preferían no decirle las cosas como eran en realidad solo para proteger su inocencia Aquello no siempre era bueno, puesto que JiMin terminaba por ser muy ¿tonto? O al menos eso era lo que sus amigos siempre le decían, que era muy tonto e inocente para su edad.
¿Para su edad? Era solo un niño de ocho años que había visto a su mejor amigo desmayarse bajo sus pies tras una clase de educación física.
—Hola señorita, buenas tardes.—Saludó Haneul con una sonrisa a la enfermera que estaba de turno en la recepción, dejando sobre el mesón la canasta de galletas.—¿Me podría decir en cual habitación se encuentra el paciente Kim TaeHyung? Es amigo de mi hijo, fue ingresado esta mañana debido a un desmayo en la escuela.
—Por políticas de seguridad, debe de llenar esta planilla.—Haneul suspiró y se volteó para ver a su hijo quién estaba parado detrás de ella sosteniendo su falda.—JiMinnie, siéntate por allá mientras lleno estos datos ¿está bien? Después veremos a TaeHyungie.
JiMin frunció sus labios y se cruzó de brazos para después darse la vuelta e ir a sentarse en las sillas de la recepción, no estaba contento con lo que estaba pasando. Quería ver a su amigo, seguramente TaeHyung estaba pensando que había dejado de quererlo y por eso no llegaba a visitarlo. Miró con el ceño fruncido a su madre firmar unos documentos y no dudó en levantarse de su silla e ir él mismo por TaeHyung ¡No quería que se molestara con él! ¿Era muy difícil de entender? Empezó a caminar por los enormes pasillos del hospital mirando a los lados adivinando cuál era la puerta más llamativa y según él; allí encontraría a su mejor amigo.
Antes de poderse dar cuenta se encontraba perdido en los pasillos. No había ni siquiera alguna enfermera paseando por allí, aquello lo hizo sentir aterrado pero algo le decía que estaba cerca de la habitación de su amigo. Así que se armó de valor y siguió corriendo hasta encontrar una puerta que, por alguna extraña razón, llamó su atención. Se paró frente a ella jugando con sus dedos y sus labios fruncidos; pensando seriamente sí se trataba de la habitación en donde estaba TaeHyung. Tomó aire y lo soltó, tocando un par de veces esperando tener respuesta por parte de Taeyeon, madre de su amigo, al no recibir respuesta de la mujer, abrió la puerta frunciendo su ceño al ver a un niño sentado en su cama leyendo un libro.
ESTÁS LEYENDO
Dead is Dead - Yoonmin
FanfictionEn un pequeño rincón de la vida, donde la inocencia de la infancia se mezcla con la dureza de la enfermedad, se cruzan los caminos de Yoongi y Jimin. Yoongi, un niño de 10 años con un corazón tan grande como su valentía, lucha contra la leucemia en...