Cinco años después de Amanecer, las cosas parecen ir relativamente bien tanto para la familia Cullen como la manada de los Quileute.
Sin la amenaza constante de Aro y el resto del clan Vulturi, se podía respirar la paz y la calma en el ambiente.
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¿Qué hiciste qué cosa?
Noah frunció el ceño y miró al chico con expresión ofendida.
— Yo no hice nada, ¿de acuerdo? Fue Seth quien decidió aceptar ir con ella.
La chica notó como el joven inhaló aire mientras su rostro adquiría una expresión del todo pensativa. Se encontraban sentados nuevamente en el mismo tronco en el que se habían juntado el día anterior cuando el muchacho había ido a hablar con ella. Noah no sabía en qué era en lo que había estado pensando cuando llamó por teléfono a Embry para contarle lo que había pasado en la escuela.
Había estado muy furiosa cuando llegó a casa y necesitaba contárselo a alguien y fue así como recordó la proposición que Embry le había hecho acerca de ser su amigo por lo que no había dudado ni un segundo en llamarlo y pedirle que se reuniera con ella en First Beach.
— Muy bien, repítelo — pidió Embry sobándose las sienes —. ¿Qué fue exactamente lo que pasó?
La chica no pudo evitar virar los ojos.
— Ya te lo dije. Seth fue buscarme a la escuela y le pedí disculpas tal y como me dijiste. Pero entonces, una de mis compañeras apareció para darme las estradas que mi hermano compro, sin mi consentimiento, para ese estúpido baile de bienvenida que se hará el sábado — contó ella de manera rápida —. Entonces, Helen, mi compañera, se fijó en Seth y supongo que le pareció atractivo o algo así. Entonces, Seth preguntó algo sobre el baile, ella comenzó a coquetearle, justo frente a mi nariz y me enojé. Así que en un arranque de ira, le sugerí a Seth que debía ir con ella. Helen comenzó a ponerse muy pesada y estaba más que encantada con la idea, y Seth aceptó sin dudarlo ni un segundo.
El muchacho volvió a quedarse pensativo. Eso no sonaba como algo que Seth haría en lo absoluto.
— Espera un segundo — dijo entonces tras meditar en lo que dijo —. Cuando dices que les sugeriste que debían ir juntos al baile... sonó como una sugerencia o más bien como una afirmación.
