Capítulo 22

7.5K 1K 334
                                    

Miro con detenimiento las paredes, el restaurante está perfectamente estructurado, a la planta baja le falta muy poco, con suerte el próximo mes empezamos el primer piso.

Mientras paso los dedos por la pared lisa, siento su presencia detrás de mi, lo sé porque mi cuerpo se eriza ante el y sonrió como estúpido, me doy la vuelta y el me da la sonrisa más resplandeciente que existe en el mundo.

— Dulzura.

Miro a mi alrededor, no hay nadie en el lugar y corro a abrazarlo con fuerza.

— No me has despertado, quería hacerte el desayuno.

— Te acostaste muy tarde trabajando, necesitabas descansar.- Le doy un beso en su pecho y me alejo.- ¿Cómo está todo en italia?

— Todo muy bien, no te preocupes por eso. ¿Comemos juntos?

Siseo y bajo mi mirada.

— Quedé con papá.

El levanta mi barbilla y me da un beso, un rico beso que me quita el aliento.

Sonrio y me alejo cuando escucho personas acercarse, trato de recomponer mi postura aunque quizás sea demasiado evidente que estoy hasta el cabello por el hombre frente a mi.

El mira alrededor y suspira observando como todo va tomando forma, lo entiendo el placer de ver un sueño cumplirse no tiene precio.

— Será un hotel precioso, he visto los planos de Taehyung, ha pedido mercancía desde Italia.

El ríe y asiente.

Miro la hora en mi reloj y me doy cuenta que ya es hora.

— Debo ir con papá.

— ¿Quieres que te lleve?

Lo pienso unos segundos, no tiene a nadie más que a mi en este país.

— Vamos ambos, le dará gusto verte.

Veo la sorpresa en sus ojos pero es reemplazada inmediatamente con una sonrisa arrebatadora de esas que tanto amo. Asiente y yo camino a su auto aunque el mío esté en el lugar, quiero estar a su lado porque es terriblemente sexy verlo conducir mientras reposa una de sus manos en mi muslo.

Me hace sentir acompañado, tranquilo y sereno.

El levanta la puerta del auto, me asegura en el asiento y luego se dirige al otro para tomar el mando, le doy la dirección aunque no la entiende y tengo que guiarlo en el camino.

El ambiente no es tenso, no hay incomodidad, su mano aprieta mi muslo de vez en cuando y yo estoy recostado del asiento de cuero feliz porque el aire acondicionado me mantiene fresco.

— ¿Como han ido las cosas con tu mamá?

Lo escuché hablar por teléfono en la noche, lo ví sonreír y cerrar los ojos aliviado, supuse que era su madre.

— Me ha llamado anoche, todo ha vuelto a la normalidad, es un poco testaruda no acepta las indicaciones medicas.

Lo sabía, se notaba que hablaba con alguien a quien amaba plenamente.

— Todas las madres son así.

El asiente y me ve por unos segundos desviando su mirada del camino.

— ¿Tu mamá?

— Murió.

— ¡Dios lo siento amor! No debí preguntar.

— Está bien, han pasado muchísimos años no pasa nada.

Estoy curioso y decido seguir con el juego de preguntas que hemos evitado tener durante estos meses.

— ¿Por qué decidiste expandir a esta zona? ¿No son suficientes hoteles ya en italia?

Mi amante Italiano  21 [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora