Capítulo 3

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La mañana llega, con el insistente tono de mi teléfono y como todas las mañanas se que es...

— ¿Si, Jisoo? - Ella ríe y finalmente suelta un suspiro antes de hablar.

— ¡Buenos días arquitecto! Lo he llamado anoche pero no contesto así que no le informe.

— ¿Qué cosa?

— El señor Jeon ha solicitado una reunión para hoy y... Es en veinticinco minutos.

— ¡Joder Jisoo!

— Si, sabría que diría eso, ¡Nos vemos arquitecto!

Doy un salto fuera de mi cama y corro al baño, estás cosas solo pueden sucederle a Park Jimin.

Me doy un rápido baño, no tengo tiempo siquiera de lavar mi cabello, solo usaré un poco de crema para peinar, agua y el secador, con suerte no seré una mata de pelos castaños andante. Tampoco necesito un traje, solo pantalones de pinza y camisa de algodón mangas cortas, mis zapatos blancos y listo, soy todo un bombón.

Tomó mi teléfono, mis llaves y salgo de mi casa rápidamente, el tráfico no es tan denso a estas horas pero necesito dejar de llegar tarde a mis reuniones laborales.

En el camino me pido un café con hielo y sigo mi camino de manera tranquila, llegaré cinco minutos antes y tendré que preparar mi mente para lo que sea que vaya a pasar está mañana.

Llego a la empresa, estaciono, aseguro mi auto y me dirijo al interior con el café en mi mano, mi cabello sigue un poco húmedo pero me da el aspecto que necesito, uno que no demuestre que me he quedado dormido y que estuve a punto de llegar tarde.

¡Soy un genio con el secador!

Atravieso recepción y voy directamente a la sala de reuniones, tengo mis energías renovadas, he dejado de pensar en el señor engreído italiano, ni siquiera me importa que vaya a verlo en unos minutos, no tiene el control de mi mente.

Llegó a dicha sala y encuentro a mi padre hablando con el hombre ¡Faltan cinco putos minutos para la reunión! Mis esfuerzos de pasar desapercibido mi casi retraso se ven aplastados por su reluciente imagen.

Puta madre italiana.

Su camisa manga larga arremangada a sus codos de color blanco se ajusta a su cuerpo, tiene los primeros botones sueltos, y una brillante cadena dorada, pantalones negros ajustados a sus largas y musculosas piernas, ni siquiera el cinturon se salva.

Es un completo salvaje ese hombre.

— Hijo, buenos días.- La voz de mi padre me distrae, dejo de mirarlo y fijo mi mirada en mi papá.- El señor Jeon quiere conversar con nosotros.

– Buenos días.- Digo finalmente, tragando el café estaba en mi boca.

No lo mires demasiado, solo no le des la idea de que lo miras más de lo debido.

Es fácil Jimin.

— Buenos días, Dolcezza.

Puta madre.

Asiento y tomó lugar frente a el.

— Muy bien, creo que estoy demás aquí, mi trabajo aquí ya está hecho, por la tanto desde ahora en adelante el proyecto queda en manos de mi hijo, así que los dejo.

¿Qué? No papá.

— No me molestaría que...

— Grazie, me gustaría hablar con el arquitecto.

Jodeeer.

Respiro con calma y acepto que estoy comportándome como imbécil por amor a Dios.

Papá sale de la sala y el aire se reduce a ese perfume varonil que me marea por su intensidad, aprieto mi pantalón y lo miro atento.

El se tarda algunos segundos detallando mi cara, está serio y sus ojos son tan profundos como el océano mismo, me hace sentir pequeño y vulnerable.

— Compré el espacio donde se llevará a cabo mi hotel.

¿Qué?

— Se supone que yo debería haberle presentado opciones, no...

— Me ha gustado y creo que es perfecto, además es céntrico y no hay hoteles cerca.- Estira una carpeta hacia mi y la tomo, las imágenes de aquel terreno son conocidas, son las tierras de la familia Lee, muchas veces habían querido ser compradas pero su precio era demasiado alto para hacer algo en ese lugar y el las ha comprado. Estoy sorprendido.- Escuche se que es un hombre ocupado, pero esto es importante, necesito ese hotel listo en menos de un año.

¡¿Qué?! Es muy poco tiempo para una estructura tan grande y el parece verlo en mis ojos.

— Pagaré el doble si es necesario.

— No tiene que hacer eso, solo me sorprendió es todo.

— Créame usted también me tiene sorprendido.

Frunzo el ceño y lo miro intrigado, pero el se acomoda en el asiento y cruza sus piernas.

— Bueno supongo que...

— Otra cosa.- ¿Es que nunca me dejara hablar el hijo de puta?.- No quiero el diseño de interiores, traeré mi propio diseñador de Italia, no lo tomes a mal dolcezza, solo quiero hacerles el trabajo mas facil.

Más fácil ¿Mas fácil? Es el trabajo de Taehyung y el estaba emocionado por ello.

— Me veo en la obligación de hacerlo considerar eso, nuestro diseñador ha estado viendo sus hoteles, si cree que no está a la altura está sumamente equivocado.

— Oh esto no se trata de alturas, no necesito a alguien que copie lo que ya tengo, necesito a alguien familiarizado en el tema que me de innovaciones.

— Aún así ¿No cree que está subestimando a nuestro diseñador? El es sumamente profesional.

— Disculpa dolcezza, su comportamiento no es nada profesional y no dejaré mi hotel en manos de un niñato que no tome enserio mi hotel.

Me ha dado justo dónde más me duele y me ha cabreado.

— No le voy permitir que hable de esa manera de mi amigo ¡El es un profesional! Y usted...

— Smettila di urlare, dolcezza mia.- Su voz se torna más vibrante de lo común, viaja como una corriente eléctrica por mis venas y me deja paralizado ante su mirada intensa y sería sobre mi. ¿Es consciente de lo que causa solo con existir?

Es un cabron, que sabe lo que tiene, sabe que está bueno, sabe que es jodidamente atractivo y por supuesto que sabe lo intimidante o engatuzante que son sus palabras italianas.

— No soy tu dulzura y si no quieres a mi amigo en tu proyecto, entonces pasaré su proyecto a otro arquitecto de la empresa, que tenga un Buona giornata señor Jeon.- Intento imitar su acento italiano, pero vamos no se ni putas del idioma ¡Y si! Estuve averiguando ciertas palabras para poder hacerle ver qué soy un hombre imponente también, así que descubrí que su Dolcezza era dulzura. Es un don Juan.

Me levanto dejando el sobre en la mesa y me doy la vuelta dispuesto a irme, el no se levanta, no sonríe y por su rostro se que lo he hecho enojar, y cuando creo que me he liberado de la batalla con el italiano arrogante lo escucho decir:

— No sabía que bailaba tan bien arquitecto, es todo un bailarín exótico.

Supe que no había vuelta atrás, el tenia el mando del juego ahora.

Mi amante Italiano  21 [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora