Los malos momentos son inevitables, aunque, normalmente, se van de la misma manera que vienen, de golpe, sin aviso, aunque algunos dejan una huella imborrable. Es difícil alegrarse cuando no hay un motivo para hacerlo, pero ella sí lo tenía. Marta tenía la suerte de poder contar con Fina, y sentía una gran inquietud al pensar en lo que la joven había preparado para su próximo encuentro.La señora De la Reina cargaba con la tristeza de saber que nunca engendraría una vida en su interior, que jamás vería esos diminutos ojos abrirse, dándole la vuelta a todo su mundo. Ya nunca compraría esa muñeca para su hijo, aunque sí había alguien a quien le había entregado un objeto parecido, y eso le daba la vida en aquel instante en el que la tristeza pasó a un segundo plano.
Estaba segura de que en otro momento de su vida se habría derrumbado, pero en este no, no caería hasta el final de ese foso de pena, porque sus manos la sostenían, las de Fina, que se encargaba de envolver su pena con sus brazos hasta hacerla desaparecer. La joven sanaba su dolor suturando la herida con sus inigualables besos y se convertía en la luz en medio de la oscuridad con su permanente sonrisa. Fina era la calma de la tempestad de su cabeza, era capaz de transformar cualquier sensación en una alegría desbordante cargada de felicidad.
Fina era la cordura en medio de aquella locura, su paz, la encargada de devolverle un aliento que sentía perdido desde hacía demasiado tiempo. Ella era alegría en la tristeza, la nota que marcaba la diferencia en la melodía de su vida. La joven era la magia del truco, la diferencia de sus días, la inspiración de sus palabras y el motivo de la mayoría de sus sonrisas.
Además, ¿Por qué negarlo? Ella también era la llave que había abierto la puerta sin retorno a sus instintos primarios más desconocidos, esos que la hacían desearla cada día, a cada instante, volviéndola insaciable al hacer que su propia piel ardiese de solo pensar en sus manos, y su boca, recorriendo cada parte de su ser.
Y es que Fina había pasado de ser una empleada más, alguien con quien había convivido paralelamente a lo largo de su vida, a ser la persona que había marcado la diferencia. Con ella había aprendido a amar, a dejarse llevar, a disfrutar hasta perder el control y a soñar incluso estando despierta.
Marta deseaba profundamente que aquel libro de lecciones en forma humana, no tuviera nunca un final, pues cada cosa nueva que conocía a su lado, hacía volar su imaginación e incrementaba sin control sus ganas, haciéndola sentir verdaderamente imparable.
Ahora que tenía a la joven a su lado, Marta era consciente de que había pasado por su vida de puntillas, tachando los días del calendario, pero sin disfrutar de ellos, sin apreciar la belleza del momento. Ella no había vivido esos años, los había visto pasar en balde. Pero ahora todo era distinto, con Fina cada segundo era tan valioso como el oro y ella sabía de sobra apreciar la belleza del tiempo a su lado, exprimiendo cada segundo al máximo y reteniendolo en su memoria para la eternidad.
La señora De la Reina deseó muchas veces que el dinero pudiese parar el tiempo, pagaría lo que fuera para poder aprovechar al máximo las horas junto a ella. Pero, sin embargo, aquel día, deseaba que el reloj avanzara hasta la hora de la salida, para poder estar a solas con ella y descubrir lo que tenía en mente.
La morena era extremadamente detallista, sus actos y sus palabras hacían que todo a su lado se viviera como pura fantasía, pero también era impredecible, así que Marta era incapaz de acertar cual sería el siguiente paso. La mañana había estado llena de trabajo y al ver a la joven caminar hasta el almacén, en busca de un producto, no dudó en ir tras ella. Claudia, que en ese momento iba a decir algo a su jefa, se quedó extrañada al ver la prisa con las que se había marchado, pero no le dio mayor importancia, pensó que su jefa se habría acordado de algo.
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Pasión en libertad
FanfictionEmpezó como un capítulo único, pero la pasión de Marta y Fina no tiene límites cuando la pueden vivir en libertad Esta historia tiene contenido algo explícito y mucho sentimiento