Capítulo 11: high hopes - panic! at the disco

                                    

                                          
Eran las dos de la mañana en Suzuka. Yuki acababa de terminar un largo turno de doce horas en la cafetería First Love. Trabajar de doce a doce no era una experiencia que el japonés recomendará, pero no podía negar los beneficios económicos que esa sobreexplotación laboral le dejaba. 'Mínimo ahora sí podré llegar a fin de mes.'
Llegar a la una de la mañana a su frío, pero cómodo departamento era deprimente. Ni siquiera duró más de cinco minutos dentro cuando el de piel pálida se dejó caer en el duro bloque al que llamaba colchón. Si fuera por él, hubiese dormido hasta las once de la mañana, pues a las doce tendría otro turno intensivo laboral; al cual esperaba sobrevivir, ya que aún le faltaban tres más.
Pero, el poder tener un descanso decente no estaba en sus planes, pues ni siquiera había pasado una hora dormitando cuando el estridente sonido de su teléfono lo despertó. 
En cualquier otra ocasión Yuki lo hubiese ignorado, pero el distinguible tono de llamada que rebotaba por toda la pequeña habitación, lo hizo levantarse de golpe para tomar la llamada.
"¿Hola?" Sin siquiera poder abrir los ojos, el japonés hizo su mejor intento de sentarse en la cama, pudiendo usar la pared como respaldo; aunque rápidamente se arrepintió debido a los escalofríos que lo inundaron. 
"¡Yukiiiiiii!" La estridente voz de Lando pronto lo hizo replantearse de su decisión de haber respondido la llamada. La amistad entre Lando, Oscar y el japonés había crecido tanto que, en algún momento, habían intercambiado sus teléfonos. No se arrepentía, pues así su amistad había progresado, pero en momentos como ese realmente se cuestionaba del porqué era amigo de los dos jóvenes pilotos. 
El azabache, amando tanto su amistad con ambos pilotos de McLaren, no pudo evitar ponerles un tono de llamada personalizado a cada uno. "Sólo para saber cuándo son ellos los que me llaman." A pesar de sólo haberlo hecho como una pequeña broma, escuchar ahora en plena madrugada ese tono característico y no poder ignorarlo porque sabía que se trataba de Lando... Bueno, ya no se le hacía tan buena idea como antes.
"Lando, ¿sabes qué hora es en Suzuka?" Se quejó débilmente el más joven, tallando sus ojos en un intento de prestar más atención al insistente parloteo del inglés.
"¡Pero esto es demasiado importante, Yuki!" Reclamó el inglés. Si Yuki lo hubiese visto, habría notado el pequeño ceño fruncido del otro, aunque bueno, todos sabían que era imposible que Lando se enfadase con el japonés. Eso ya era un hecho comprobado. "¡Díselo, Oscar!" 
Yuki abrió un poco más los ojos, enderezándose mejor en la pared. 'Si Oscar está ahí, debe ser importante.' Tomando nota mental de ese detalle, el azabache se preparó para la mejor o peor noticia que podría haber recibido un martes a las dos de la mañana.
"Yuki, lamentamos despertarte." La suave voz del australiano pronto inundó el altavoz del pequeño celular del azabache. "Pero, en serio, necesito que abras Twitter en este momento."
"¿En serio?" Confuso, el mencionado hizo lo pedido. Aunque aún no podía entender la urgencia de ver algún tweet a las dos de la mañana, decidió confiar en sus amigos. "Ok, pero más les vale que sea bueno o les juró que me las van a pagar."
"Oh, amigo, te juro que será más que bueno." Lando enfatizó, ganándose una pequeña risa por parte de Oscar y un pequeño bufido del más bajo. Cada vez que el inglés estaba tan seguro de algo, Yuki no podía evitar esperar lo peor. 'Que sea lo que Dios quiera.'
Con tan sólo abrir la aplicación, Yuki supo que algo andaba mal. Había demasiados tweets sin sentido, muchas fotos de los pilotos de Red Bull y del próximo GP. Por un momento, creyó que Max y Checo por fin habían confirmado su relación. 'Ya era hora, se estaban tardando.' Mas, al meterse a tendencias, pronto tuvo una idea de qué era lo que estaba pasando.