Miguel observaba con enojo el desastre que había dejado Hiro en el lugar. Se acercó a él, quien intentó levantarse rápidamente para explicarse.
—Puedo explicarlo... —comenzó Hiro, pero Miguel lo interrumpió, ignorando sus palabras mientras le arrebataba la guitarra.
—¿Cómo se te ocurre salir? ¿Qué tal si te veían? —le recriminó Miguel, revisando la guitarra minuciosamente, preocupado de que pudiera haberse dañado en el transporte de ida y vuelta.
Hiro, tratando de calmarlo, respondió con voz baja—nadie pudo verme.
Miguel, todavía enfadado, seguía inspeccionando la guitarra cuando su teléfono comenzó a sonar. Al ver el número, respondió con rapidez.
—¿Qué pasa, Marco? —preguntó, notando el tono nervioso en la voz de su amigo.
—No mames wey, tu abuela ya sabe del evento. Se encontró con doña Toñita y si se veía que se estaba bien encabronada —respondió Marco con urgencia.
Miguel se tensó y, sin pensarlo dos veces, salió del lugar bajando, con la guitarra en la mano, seguido de cerca por Hiro, que llevaba su mochila al hombro. Llegaron casi a la salida, pero justo en ese momento su abuela, entraba, visiblemente molesta. Hiro se detuvo, manteniendo una leve distancia, incómodo ante la situación.
—Doña Toñita ya me contó que tú y ese muchachito de la Cruz van a participar en el evento del museo. ¿Qué crees, que te mandas solo? ¿Que no necesito enterarme de lo que haces? ¡Qué manera de hacerme pasar vergüenzas, caray! —La voz de Doña Elena era dura y cortante.
Miguel bajó la cabeza, sintiendo la presión en el pecho. Le extendió la guitarra y el teléfono a Hiro, quien, con manos temblorosas, los tomó. La tensión en el ambiente era palpable.
Doña Elena notó la presencia de Hiro y su expresión se suavizó ligeramente. —¿Y este quién es? —preguntó con desconfianza.
—Es uno de los chicos de intercambio, abuela. Lo iba a acompañar a donde se está hospedando —explicó Miguel, intentando sonar calmado.
Hiro, intentando parecer cortés, se presentó rápidamente —Hola, soy Hiro. Mucho gusto.
Doña Elena lo saludó con un gesto seco, pero cortés, mientras que Enrique, le devolvía el saludo y Abel miraba la situación con una sonrisa burlona. La abuela de Miguel se dirigió a Hiro con firmeza
—Hijo ¿Podrías adelantarte, por favor? Tenemos que hablar con Miguel.
Miguel le dio un leve empujón a Hiro, quien entendió la indirecta y salió rápidamente de la casa, cerrando la puerta detrás de él, salió hacia la calle.
—Órale, métete a la casa, que tenemos que hablar —ordenó Doña Elena, con un tono bastante intimidante.
Miguel obedeció, aún nervioso, mientras los demás lo seguían al interior.
Afuera, Hiro estaba nervioso, no esperaba una situación tan tensa. Miró la guitarra que llevaba en sus manos y luego dirigió la mirada hacia la entrada de la casa.
—¿Un evento en un museo? ¿Será un museo similar en el que estuvimos Baymax y yo? —se preguntó en voz baja.
Afuera, Hiro estaba nervioso. No esperaba que la situación fuera tan tensa. Miró la guitarra que sostenía y luego al teléfono de Miguel, encendiéndolo para comprobar la fecha " Lunes 11 de Octubre, 3:00 PM". Suspiró aliviado de que no hubiera seguridad en el teléfono. Y pensó para sí mismo —Miguel es un tonto por no ponerle patrón de seguridad a su teléfono.
Vio que el teléfono tenía conexión a internet, aunque era bastante baja, probablemente por estar fuera de la casa. Sin perder tiempo, abrió el navegador y buscó museo de Ciencia e Historia, pero le aparecieron demasiadas opciones.
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"conexión entre dimensiones" (HIGUEL)
FanfictionReescribiré la historia y la continuaré en esta cuenta. 👍