18.Buscame

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Tanya Sanchez

Despierto con un dolor punzante en la cabeza. Intento moverme, pero mis brazos y piernas están atados a una silla de madera.

El cuarto es oscuro y tenebroso, con una bombilla parpadeante que apenas ilumina el espacio.

El aire está cargado de humedad y un olor a moho me invade las fosas nasales.

Trato de recordar cómo llegué aquí.

De repente, un flashback me golpea con fuerza.

[...]

Las lágrimas siguen chocando contra mejilla, avanzó pero unas luces parpadeantes ante mis ojos lo que se hace lejano ahora se acerca a mi.

Maldita sea.

Disminuyó la velocidad encontrándome con más camionetas atrás mío.

Mierda y más mierda.

Mis ojos viajan a varios puntos tratando de buscar una solución. Pero no lo hay estoy atrapada.

En medio de estos, paro brutalmente la moto quedando en el centro.

Hombres altos salen de las camionetas y se dirijen a mi, puede servir esto.

Cuando alrededor de unos treinta hombres están al frente mío me estoy muriendo del miedo.

¿Qué mierda hago?

Tomo la navaja que siempre tengo en mi bota, me bajo de la moto y sin importarme más empiezo a apuñalar a cualquier que se me acerque.

Uno vine detrás mío agarro la navaja con determinación, doy una vuelta y no tardo en rasgar la garganta de este salipicandome con su sangre.

Que asco.

Alrededor de tres hombres vienen tras de mi, pero uno es el primero en tratar de retenerme de espaldas pero hago un llave que nos enseñaron en la Femf y lo dejo incando ante mi.

Lo empujó contra el pavimento, causando que se golpee tan fuerte que se escuche un crujido.

Me incorporo y la pinta de una navaja ya la tengo en medio de mi cuello. El frío filo hace contacto y más se va encajando a mi piel. El miedo me recorre de pies a cabeza trato de contenerme, no puedo rendirme tan fácil.

En ese momento otro encapuchado se acerca con paso sigiloso frente a mi, debo escapar ya.

Me agacho, pero por la fuerza de la navaja, no evito cortarme, causando que la sangre escurra por todo mi cuello.

Más no me puedo detener por ello, los hombre corren a mi. La desesperación. Me invade todo el cuerpo, siento estar en el océano ahogándome. El nudo se forma más intenso en mi garganta, las ganas de gritar aumentan, más esta vez no lo contengo.

Desgarro mi garganta, siento que me estoy rompiendo viva el ardor llega más siento un pequeño alivio en mi, quiero gritar más y más.

Yo puedo, me repito no me puedo dejar vencer tan rápido, más es entonces cuando el ardor del cuello me hace retorcerme del dolor.

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