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La nueva General Tania Vólkova
Narrado (yo)
Los pasos firmes, el Mentón de ambos en  alto, pasos firmes y seguros resonaban por los pasillos de la Central.
La miradas se dirigían al Ministro y a la mujer que tenía a su lado.
La mayoría pensaba que se trataba de una nueva mujer del Ministro Alex Morgan, pero realmente no sabían que se trataba de su casi hija.
Tania sentía seguridad en cada paso que daba. Recordaba las palabras de Regina. Esta vez no era una niña ingenua, no está vez sabía que no iba a mostrar sus emoción si no, todo se volvería a repetir.
Entrando a la oficina del ministro. 
Pudieron dejar de sentir las penetrantes miradas de los soldados.
La mirada de Alex la ayuda a saber que todo estará bien.
—Tú tranquila.—acaricia levemente su hombro y sin más se adentraron a la enorme sala de reuniones.
La mirada de todos se posaron en los dos seres que miraban a cualquiera con una mirada que haría arrodillarse a cualquiera.
Los mejores tenientes, los capitanes miraban con asombro a la chica.
Nadie creía posible tal belleza, su belleza era única. 
Ella tenía algo único, una belleza única. Los hombres babeaban, y la causante sólo los miraba con asco discreto.
La chica sabía que era hermosa y la más hermosa, pero aveces las miradas si llegaban a incomodar, ella amaba ser el centro de antecion eso no lo negaba.
Por una parte, le alegraba que la miraran, la hacía sentir más poderosa.
El ministro, al ver como tales hombres la miraban, hasta las mujeres le dio una pizca de querer proteger a su niña, que si bien ya era toda una mujer, para el ella seguirá siendo aquella niña que amaba la lluvia, se escapaba y le preguntó alguna vez si le podía decir papá. 
Todos, parecían estar en un hechizo.
Y no era para exagerar, porque a cualquier lugar que fuera todos quedaban echizados, por más que intentarán salir del hechizo no podían.
Pero aveces la belleza, nos trae problemas.
La belleza nos ayuda a ser alagados, sentirnos amados pero también nos traen consecuencias.
Y este será el caso, se encontrará en un laberinto donde no habrá salida, pero si habrán tres bestias a punto de devorará.
Todos le dieron el debido saludo al Ministro Alex Morgan.
Todos, pero faltaba alguien.
—Dónde demonios está Christopher.—El ministro con enfado que se hacía notar, se frotaba la sien. Tratando de controlarse. 
Christopher Morgan, el Lobo.
Si eres su presa es capaz de follarte sin importarle donde estés o con quien estés.
Christopher se encontraba satisfecho con el gran trabajo que había echo Angela Klein. Esta se acomodó la ropa y conociendo al coronel se fue sin más.
Christopher al recordar la reunión de su padre se maldigo ya conocía a Alex le hiba a dar un sermón. Sin más se acomodó el pantalón y salió a la tal reunión tan importante.
En el camino se encontró a Laurens que para el, ella solo era un maldito estobor que estaba a punto de desechar. La mujer caminando con los nervios a mil, al notar que Christopher estaba en el mismo lugar que ella, hizo tirar todos los papeles que se encontraban en su mano.