O2

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Sergio:

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Sergio:

— Papá — Gruñí y me hundí más en las cobijas — ¿Papi? – Si no me movía él se iría — Papá — Canturreo. El niño era persistente — Father — ¿Ahora sabia inglés? — ¿Papá? ¿Papi? — Puse un cojín sobre mi cabeza para intentar bloquear el ruido. El pequeño monstruo me hartaba — ¡PADRE!

— ¡¿QUÉ!? – Le grité finalmente.

— Oh, que bien, estas despierto – Sonrió Chequito.

— ¿Pero qué? pequeño... — Lo agarré por la cintura y lo inmovilice en la cama antes de hacerle cosquillas sin piedad. Sus desesperados ruegos fueron a dar como en oídos sordos. Lo soltaría eventualmente, pero ese era su merecido por despertarme.

El timbre sonó.

Causando que me congelara y le cubriera la boca a Chequito con mi mano. Me puse un dedo en mis labios para hacerle saber que estuviera silencio. Cuando asintió, eché un vistazo por la ventana. No había autos enfrente, lo que significaba una sola cosa.

Vecinos.

Conocía a algunas personas en el vecindario, ninguno de ellos son los que me interesara pasar más tiempo del necesario.

— Chequito – susurré — Vístete. Vamos a salir a escondidas.

En la casa de al lado, a nuestra derecha, Vivian Yuki y Gasly. Lucían como toda pareja normal al principio, pero mi insana necesidad de salvar personas me hizo aprender lo contrario.

Al escuchar los gritos desesperados de Yuki mi instinto protector se encendió pero... ¿Cómo se suponía que iba a saber que a Yuki le gustaba rudo?

Afortunadamente Gasly me explicó y lo entendí , así que no presento cargos cuando lo aporreé con el bate de béisbol de Chequito. En vez de eso me invito a unirme a ellos. Desde entonces no he sido capaz de mirarlos a la cara.

Directamente cruzando la calle, estaba... no recuerdo el nombre pero en el corto tiempo que llevaba viviendo aquí, había estado con más hombres en su casa de los que yo conocía.

Está bien, eso era una pequeña exageración, pero definitivamente se beneficiara mucho si pusiera puerta giratoria.

Ella me consiguió algunos canales de tv gratis, así que supongo que no estuvo tan mal.

Me vestí lo más rápido posible, poniéndome unas bermudas y una playera sin mangas de los Avengers. El misterioso vecino se había dado por vencido con el timbre y estaba tocando la puerta con alegres golpecitos. Me senté para ponerme los zapatos cuando Chequito vino. Sonrió cuando vio mi playera. Mi madre solía regañarme y llamarme inmaduro por mis gustos pero a Chequito le parecía adorable.

— ¿Listo para irnos? – Le pregunté, tomando mi mochila "También de los Avengers"

Asintió — Use la cámara espía. Es el señor Russell. — Ah, George y Carmen  vivían bajando la calle con su perfecta hija. George era el rey del chisme en el vecindario. Sabía que si abría la puerta estaría atrapado por horas escuchando historias exageradas sobre los asuntos de todos. Acababa de despertar. No podía manejar eso.

Sergio: Secuestrador ♡ Chestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora