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Sucrette

Siento que mueven fuertemente mi cuerpo, mientras escucho algo alejado mi nombre.

-Sucrette... ¡Sucrette! ¡SUCRETTE!-

Me despierto asustada.

-Llevo casi 10 minutos intentando despertarte, levántate para que bajes a desayunar y vayas al instituto.-

Dijo mi madre.

Mi madre siempre a tenido la costumbre de despertarme ya que nada logra despertarme.

-Si, mamá, ya voy para allá...-

Puse mi mano sobre mi cabeza, con un pequeño suspiro.

Me levanto de mi cama, y me dirijo hacia mi baño para tomarme un ducha rápida. Lavé mi cabello, usé mi secador para quitarle toda el agua que se encontraba en mi cabello, y utilicé un poco la plancha para hacerme unas pequeñas ondas.

Me vestí con una blusa de mangas largas negra, con bordados rojos, una falda negra, un cinturón rojo, y mis botas media altas de color negras.

Me maquillé un poco, y bajé al comedor.

-Buenos días...-

Dije sin muchos ánimos.

-¡Buenos días, cariño! ¿Cómo dormiste?-

Dijo mi padre con una gran sonrisa, parece que alguien despertó con un buen humor.

Reí un poco.

-¡Bien, papá! Supongo que tú también dormiste bien...-

Le devolví la sonrisa.

Pasé más de 20 minutos desayunando mientras hablaba con mis padres.

Rápidamente, me despedí de ellos, no quería llegar tarde en mi primer día de clases.


Me encontraba delante del Instituto.

Sentía... ¿Miedo? ¿Nervios? ¿Una combinación de las dos? No lo sé.

Sin pensarlo más, solté un largo y profundo suspiro para lograr relajarme.

Empecé a caminar lentamente con la cabeza hacia abajo para así intentar pasar algo desapercibida.

Seguí mi camino, hasta llegar a la puerta principal del Instituto.
Al entrar, noté que había otra puerta muy cerca de ahí.

Abrí lentamente la puerta y entré para ver si se encontraba alguien dentro de la sala para que me ayudara a encontrar mi clase.

Había un chico de cabellera rubia, con unos ojos del mismo color y vestido de una forma algo formal.

-¡Hola! Perdona por las molestias, pero, ¿eres delegado?-

Me resulta incómoda está situación.

-Soy el delegado principal, soy Nathaniel un gusto.-

Dijo mirándome de pies a cabeza con una sonrisa.

-Tu debes ser la nueva. Te llamas Sucrette, ¿no es así?-

-Si, estás muy bien informado, delegado.¿Será que me podrías ayudar a encontrar mi clase? Necesito ayuda con eso por obvias razones.-

-Si, por supuesto.-

Se dio la vuelta para buscar los documentos. Me siento algo incómoda con el silencio que se profundizó en la sala.

-En 10 minutos debes de estar en la aula A. Cómo primera clase, sería Historia con el profesor Farrés.-

Gracias!-

Iba a salir sin decir nada más, pero Nathaniel me detuvo al llamarme.

-¡Sucrette! Como eres nueva, claramente no conoces a mucha gente, pero te recomiendo no juntarte con "Castiel.", es un idiota de primera y siempre trae problemas.-

-¿Y yo cómo voy a saber quién es "Castiel"?-

Pregunté.

Nathaniel río un poco.

-Tienes razón, lo siento. Es un chico que siempre se la pasa en el patio, tiene el cabello rojo y estilo rockero. -

¿Rockero? Eso me interesa mucho. Creo que haré lo contrario a lo que me está diciendo este delegado.

-Oh, está bien, entiendo, muchas gracias por informarme.-

Salí rápidamente de la sala. Tengo 10 minutos aún, ¿será que lo encontraré?

Me dirigí hacia el patio, ya que Nathaniel me había dicho que siempre se encontraba ahí.

Me dirigí hacia la izquierda, para ver qué se encontraba. Había un jardín, lo observé con detalle, no creo que esté aquí.

Me dirijo hacia el otro lado, había un chico de cabellera roja, que se encontraba en una banca, acostado con sus ojos cerrados.

Debe de ser él.

Me le quedé viendo por un momento, cuando de repente se despierta lentamente. Rápidamente volteó su cabeza hacia donde yo me encontraba.

Me miró con una cara de disgusto como si le hubiera interrumpido su siesta.

A pesar de eso, me acerqué para intentar hablar con él. A decir verdad, tenía un gran estilo.

-Hola, soy nueva, me llamo Sucrette.-

-¿Te pregunté?-

Dijo mientras alzaba una ceja.

-¿Siempre eres tan amable?-

-Especialmente con las nuevas, soy Castiel.-

Dijo mientras bostezaba.

-¿No tienes clase dentro de poco?-

Dijo, entre un suspiro mientras cerraba sus ojos nuevamente.

-Eh, si, como tú igual, supongo. ¿Vas a seguir durmiendo?-

Pregunté.

-Si, de hecho, siendo sincero, me estorbas. Tu presencia me da molestias, no me dejas tomar mi siesta en paz. ¿Por qué no te vas?-

Este imbécil.

-Si lo que necesitas es dormir, te invito a que mejor lo hagas en tu casa e intenta hacer algo más productivo por la vida. Que se nota que no tienes nada mejor que hacer, imbécil.-

Me fui adentro del Instituto, para no poder escuchar alguna palabra que dijera.

Me arrepiento mucho de con solo escuchar que tiene estilo rockero me llamara la atención, me arrepiento de haberlo buscado, y me arrepiento de haberle dirigido la palabra.

Es un idiota.

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¡Holaaa, soy Boomi!
Este capítulo fue un poco, más largo, me gustó mucho la narración. Quería profundizar un poco el carácter de Castiel, que ya la mayoría conocemos, pero.
Espero que les haya gustado.

¡Se despide; Boomi!

𝐄𝐍𝐄𝐌𝐈𝐄𝐒 - 𝐂𝐀𝐒𝐓𝐈𝐄𝐋 | 𝗖𝗗𝗠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora