Todos se habían marchado, incluso Laurens se había ido pero yo aún no terminaba el trabajo, me pesaban los ojos y tenía demasiada hambre.—Oficina del coronel Morgan. —respondí el teléfono
—Ven a mi oficina y tráeme un americano.
Colgué y fui a la cafetería, todo estaba solo y oscuro, me daban muchos nervios ya que yo era muy asustadiza. Toqué la puerta y entré, se me fue el sueño al instante porque el coronel estaba sentado en su silla sin camiseta.
—Ven. —me llamó
Me acerqué y le entregué el americano, me enseñó un conjunto que parecía árabe, era rojo y descubierto.
—Es bonito.
—Es para Rachel, creo que ustedes tienen las mismas medidas… —me miró de arriba abajo— Tú tienes más culo y más piernas.
—¿Me llamó para…?
—Necesito que te lo midas. —me lo entregó
—Estoy cansada y tengo hambre, aún no termino mi trabajo y-
Dejé de hablar cuando vi que no le interesaba y me desvestí frente a él quedándome en ropa interior, agradecí no haberme puesto unos calzones de ositos y en cambio me puse una lencería bonita porque pensé que hoy follaría con Parker.
Me puse el conjunto y me quedaba ajustado del culo, pero me podía mover por lo que era suelto, me miré al espejo y sonreí, cuando tenía 15 años me disfracé de una bailarina árabe, incluso me metieron a danza porque me obsesioné con el baile.
Mi mirada se cruzó con la de él, ya no me miraba como hace unos segundos, al contrario su mirada se había vuelto lasciva y yo me estaba acalorando.
Se levantó y se acercó a mi, yo estaba demasiado paralizada para poder apartarlo o hacer algo, su nariz se paseó por mi cuello y me sujeté de sus brazos.
—Déjame tocarte un poco, Julinha. —murmuró y mis piernas se tambalearon
¿Conocen ese sentimiento de deseo incontrolable? Eso era lo que yo sentía con Christopher, esas ganas de que me hiciera suya pero también estaban mis valores por encima.
Aunque… un toqueteo no haría daño a nadie si se queda entre los dos, ¿No?
Fui yo quién tomó su nuca y conecté nuestras miradas.
—Aprovecha que estoy acalorada. —le dije
Sus manos viajaron a mi culo con rapidez, me presionó contra él haciéndome sentir la erección que se le marcaba.
—Todos los días me pones así cuando llegas vestida con esas faldas que te aprietan el culo, esas blusas que me muestran tus tetas, ese cabello que me provoca jalar mientras te tengo en cuatro. —me dijo y me abrí de piernas levemente
Tomé su mano llevándola a mi tanga húmeda, reposé mi frente en su pecho y temblé cuando él me acarició levemente.
Se sentó sobre el sofá de cuero y me puso sobre él, no me besó ni nada, solo nos mirábamos en silencio.
Empecé con el roce de nuestros sexos, presionó mi vagina contra su pantalón buscando fricción, estaba tan excitada que por un momento olvidé que él era el marido de Sabrina Lewis y era un hijo de perra.
Me levanté de golpe mareándome al instante, me desvestí como pude y noté en su rostro una sonrisa, pensaba que iba a follar con él pero yo solo me iba a vestir para irme, su sonrisa se borró cuando tomé mi ropa y traté de ponerme la blusa.
—¿Qué haces? —me preguntó
—Me largo.
—No se te ocurra dejarme así, Julinha.
—Jódete.
—¿Así le hablas a tu superior?
—Sí, coronel. —le dije y mandó su mano a mi pelo
—Me la estás poniendo más dura, Julinha, termina lo que empezaste.
—No es me culpa que se caliente solo con verme. —le sonreí con hipocresía
Lo aparté y traté de ponerme la falda, pero él me la arrancó rompiéndola e hizo lo mismo con la blusa, dejándome totalmente el lencería.
—Nena, solo un rato.
—¡Que te jodas y me dejes en paz! —le dije furiosa— Eres el mayor hijo de puta que he conocido y no porque estés bueno significa que me dejaré enredar por ti.
Salí de su despacho caminando en ropa interior, tomé mi bolso y bajé al parqueadero en lencería, me subí a mi auto y arranqué hasta mi casa.
Tuve que hacer de todo para que no me vieran en lencería, pero al final subí y simplemente me eché a dormir… soñando con la verga de Christopher Morgan en mi boca.
Un pequeño momento de calentura, con esto las dejo con ganas de leer más... Momentos calurosos :)
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Solo Conocidos. (C.M)
FanfictionChristopher era ese tipo de hombre que no se metía con cualquiera, le gustaba que las mujeres se arrastraran por él... ¿Qué pasaría si esta vez fuera él quién tuviera que arrastrase por un simple beso? Cree que puede llevarla al pecado, pero no sab...