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Museo Arqueológico de Xochimilco. 
Natasha Pov.
Bajamos rápidamente del Hummer con Wanda aún en los brazos de Thor, tome mi arma con fuerza mirando alrededor... Al parecer aquí no hay ninguno zombie, bien, Wanda necesita ser checada rápidamente.
Miré hacía adelante solo para ver la entrada al Museo, la fachada es de color blanco con un muro en la parte delantera pintada de un color naranja, la puerta es color caoba con un pequeño ventanal. El Museo desde este punto de vista de ve muy pequeño pero sinceramente, eso no es algo que me importe en este momento.

                            

                                
                            
                              
                                  
                              
                              
                                
                                  
                                  
                                
                              
                             
                            
                            
                          
                          
—Vamos, vamos—. Habló Yelena jalándome del brazo.
—Siganos por aquí—. Indicó aquella chica llamada Raven.
—¿Este es su lugar de seguridad?—. Escuché la voz de Wyatt mientras ingresabamos al interior del Museo.
—Si, en parte... En realidad tenemos un pequeño grupo viviendo en la pequeña isla del embarcadero Cuemanco, este lo usamos cuando salimos por provisiones pero en realidad nos ha estado yendo... Mal—. Confesó Raven haciendo que Octavia negara con la cabeza.
—¡Ey chicas! ¿Quienes son... —. Un chico alto, calvo y un poco fornido se acercó a nosotros sin terminar de decir lo que decía ya que puso cara de asombro.
—¿Lexa?—.
—¿Lincoln?—. 
Ni siquiera puse atención a ninguno de ellos, lo único que me preocupaba era mi esposa, la cual aún permanece inocente, Octavia nos guío en medio de un pateó para luego ingresar a una habitación en dónde Clarke le indico a Thor que colocará a Wanda para así comenzar a trabajar a su lado, teniendo la ayuda de Yelena, Mabel y Hari.
Mis ojos se cristalizaron rápidamente, una lágrima se derramó por mi mejilla derecha sin poder evitarlo. Porque ahí estaba... Mi dulce esposa en una camilla completamente inconsciente, frágil y con sangre aún escurriendo de su cadera al igual que mis manos manchadas de su sangre, sentí mi corazón doler fuertemente dentro de mi pecho.
Yo no... No podía hacer nada más que quedarme mirando como Clarke trabajaba rápidamente para detener mucho mejor la hemorragia, oh dios, por favor... Por favor no me quites a mi Wanda... Por favor no.