Capítulo 16

                                    

                                          
Seungmin se sentía ansioso.
Esperando en la puerta de su casa a que Chan llegara, jugaba con las mangas de su suéter. La noche estaba fría y él tenía miedo de ser más idiota de lo que era.
—Lamento la tardanza. Tuve que ocuparme de algunos asuntos del trabajo.
Sin pensarlo, sonrió. La mirada avergonzada al igual que su sonrisa hacían que las mariposas en su estómago aletearan. Chan era tierno.
—No hay problema.
—¿Nos vamos?
Asintió, dejando que el mayor tome su muñeca y tire de él. Ahí están esos nervios en su estómago que por alguna razón le gustan. Seungmin esa noche pensó en solamente disfrutar; dejaría el pasado a un lado y se concentraría en el hombre frente a él.
—¿De dónde salió la idea de esto? —preguntó conduciendo. 
Seungmin, en el asiento de copiloto, despegó su mirada de la ventana.
—Solo quise que pasara. Siento que, a su vez, te lo debía.
—¿Por qué?
Se encogió de hombros.
—No lo sé.
Era la verdad.
La respuesta no conformó a Chan, pero tampoco seguiría hablando. Seungmin regresó su vista a la ventana y suspiró, perdiendo su atención en la gente que caminaba cuando se detuvieron en un semáforo.
Una pareja justo pasaba. El chico tomaba la mano de la chica y ella le sonreía. Seungmin fugazmente pensó en hacer eso con Chan, pero sería mucho. Después de todo, no eran nada. Y no se gustaban. ¿Por qué haría eso? No quería quedar como un tonto. Simplemente no era consciente de que Chan moría por hacer lo mismo, pero tampoco quería incomodar el menor.
Maldito Minho. Sinceramente, odiaba a ese hombre. Si no fuera por él, podrían estar felices en una cita. ¡Pero no! Minho fue lo suficiente idiota como para dañar mentalmente a Seungmin y arruinar su vida. Todo era una mierda, sí, pero intentaba ser positivo.
¿Y cuál era el lado bueno?
Ni siquiera existía.
—¿Qué vamos a ordenar?
Sentados en un bar, mientras Chan lee la cartilla, Seungmin se concentra en todas las parejas a su alrededor. Oh, todos luces felizmente enamorados. Odia ser el único ahí sin alguien que lo ame. Ojalá tuviera una persona que lo mirara con tanto cariño como él lo pide.
—Minnie.
Se encontró con los ojos de Chan y sonrió apenado.
—¿Si?
—¿Qué pasa? —preguntó apoyando su mejilla en su puño—. No me mires así, sé que estás pensando en algo.
—No es importante.
—Todo lo que piensas es importante para mí. Ya dime.
Seungmin suspiró avergonzado.
—¿No sientes eso?
—¿Qué cosa?
—El ambiente —Chan lo miró confundido—. Todos a nuestro alrededor están enamorados. Todos se aman, todos tienen una pareja. ¿Y yo?
Chan quiso suspirar pero se aguantó para no ser tan obvio. Simplemente le dió un vistazo rápido a su bebida y regresó sus ojos a Seungmin.
—Tú estás solo porque quieres —dijo sincero. El menor se quejó—. Vamos, podrías estar igual que todos ellos pero no te sacas a Minho de la cabeza.