Capítulo 4

                                    

                                          
Sasuke estaba sentado con las piernas cruzadas sobre sus sábanas recién dobladas cuando el altavoz hizo su habitual anuncio del desayuno. Para pasar las horas después de su incómodo encuentro en la cafetería, había limpiado la habitación a fondo, lo cual no era tarea fácil en la oscuridad y sin los suministros adecuados.
Naruto bostezó y se frotó la arenilla de los ojos. Miró sombríamente alrededor de la habitación hasta que sus ojos se encontraron, tras lo cual dejó escapar un resoplido pasivo-agresivo y le dio la espalda a Sasuke.
Al menos ahora está demasiado enfadado para hablar conmigo, pensó mientras se lavaba los dientes y la cara, como si no lo hubiera hecho ya dos veces para pasar el rato. Naruto, por supuesto, apenas se molestó en pasarse un peine por el pelo, así que al menos no tuvieron que pelearse por el baño.
Sasuke anhelaba saltarse el desayuno por completo; evitar la charla sin sentido de Ino, la vergüenza de Sakura por lo de anoche y la inquietante mirada azul que seguramente lo seguiría a donde fuera.
"Ya verás", dijo Naruto en voz baja, sacudiéndose un par de pantalones que había sacado de debajo de la cama.
Sasuke se lamentó de no tener una puerta que pudiera cerrarle en la cara a su compañero de cuarto.
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Tsunade echó un vistazo a la entrada del diario que había escrito el día anterior y Sasuke observó cómo sus cejas subían hacia la línea de su cabello con una punzada de perverso deleite.
No puedes obligarme a hacer nada. Yo sigo teniendo el control aquí. Ni tú ni tus pequeños "ejercicios" para intentar abrirme.
"Nunca dije que estuvieras deprimido", dijo Tsunade con neutralidad, cerrando el cuaderno y colocándolo en el escritorio entre ellas.
"Pero..." Sasuke hizo todo lo posible para no quedarse con la boca abierta.
"Creo que tienes una respuesta inadaptada a un trauma severo que no ha sido tratado y se ha dejado supurar durante años".
Así que ella conocía las historias desde el principio. Sasuke se preparó para las preguntas; el recuento de los acontecimientos, los suspiros comprensivos y las miradas tristes y cómplices, seguidas de preguntas sobre cómo le hacía sentir todo aquello, como si pudiera expresar con palabras el terror y la traición desgarradores que aún volvían a atormentarle por las noches. La sensación de perder un paso en la oscuridad y caer por las escaleras, sólo para descubrir que el suelo también ha desaparecido, y que sólo estás cayendo en picado por el espacio vacío.
Para su sorpresa, Tsunade abrió una ventana, sacó un cigarrillo y lo encendió sin pestañear.
"¿Quieres uno?" Le tendió el paquete.
¿Es algún tipo de prueba enfermiza?
Aun así, Sasuke no podía resistirse al consuelo de la nicotina, así que lo cogió con cautela.
No te debo ninguna respuesta sólo porque estés rompiendo las reglas por mí.
Pero no hubo más preguntas. Se sentaron a fumar en un silencio relativamente agradable hasta que sonó el timbre.
"Creo que deberíamos empezar a darte alguna medicación para ayudarte a dormir", soltó Tsunade de improviso mientras se dirigía a la puerta. "Las pastillas hacen mucho mejor trabajo que el alcohol, de todos modos. ¿Te parece bien?"
Sasuke hizo un ruido de no compromiso en el fondo de su garganta y se fue sin mirar atrás.
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