XII

                                    

                                          
Las cosas iban bien entre nosotros y siendo sincera me alegraba mucho no tener problemas con Pedri.
Siempre estaba dispuesto a escucharme y si algo no le gustaba, siempre me daba su opinión con todo el cariño y respeto que tenía. 
Ellie cada día le tenía más cariño a Pedri y eso era un problema porque significaba que tenía que verle todos los días o si no le entraba la pataleta.
Aquella noche Nora me llamó para sacarme de casa como una chica joven y tras llamar a Virginia me fui a su casa a prepararme. 
– ¿Qué tal con Pedri? No paro de verte en las noticias, en Tiktok...– murmuró mientras se echaba colorete.
– La verdad es que estoy muy asustada, hace tiempo que no sentía nada parecido. El único que me hizo sentir así me dejó embarazada y me abandonó después.– dije mientras me echaba rímel.
– Abi, no puedes vivir con miedo a que te abandonen de nuevo, porque llegará el hombre que se quede, solo porque eres tú, y nada más. Pese a tener una hija y no tener miles de ceros en la cuenta bancaria. Y puede que Pedri sea el indicado. Te cuida, te respeta, trata a Ellie como si fuera su padre y no te presiona.
Asentí intentando no llenarme la mente de cosas negativas. Sinceramente no entendía a Pedri, probablemente estaba rodeado de mujeres imponentes y guapísimas y se había fijado en mí: que no tengo dinero y lo único que podía ofrecerle físicamente era lo que tenía.
Salimos de casa de Nora y entramos en un pub en el que ya nos conocían de sobra. 
– ¿Qué os pongo?– preguntó Luis, nuestro barman de confianza.– ¿Lo de siempre?
– No Luis, a mí ponme un poco de ron-cola hoy, y a Abi ponle lo mismo.
– ¿Hoy ron? ¿Qué celebramos?– preguntó sonriendo mientras dejaba las copas en la barra.
– Celebramos que estamos vivos.– murmuró Nora sonriendo.
Luis sonrió y con aquello nos puso unos chupitos que también se puso para él, brindamos los tres y luego nos puso nuestras copas.
Me dirigí hasta la pista y entonces empecé a cantar "La Original" de Emilia.
Nora llegó hasta mí marcándose un bailecito con las caderas y le dio un sorbo a su copa.
"Hoy vos vas a conocer
La version original, ah ah ah ah ah
Flash, flash, pose, pose
Mira mi cara en portada de Vogue
Diva Argentina, doy clases de flow
Ya es mucho tiempo acá arriba en el top
Stop, pongo los dramas en off
Mientras vos le pones play a mi song
No tengo tiempo, no sé ni quien sos
Yo solo veo mi gente en el show"
Después de un par de copas más, Nora me llevó hasta el bullicio de gente y se puso a bailar delante de unos chicos que empezaron a observarla.
– ¡Venga!– dijo animándome a seguirle el rollo.
– Hay tíos mirando.– grité.
– ¿Y? Tienes veinte años Abi, la edad de mover el culo hasta el suelo y no sentirte culpable.– dijo Nora pegándome con su culo y haciéndome trastabillar un poco.
Me eché a reír y entonces empecé a bailar con ella, olvidándome de todo a mi alrededor. Sintiéndome una joven de veinte años que no tiene responsabilidades.
"Exclusive" empezó a sonar y Nora me siguió el rollo cantando.
"She got a WAP like Cardi
She doesn't give up, I'm sorry
If you don't tell nobody (if you don't tell)
Can be your sugar mami
Haciendo el work like riri
Tiene la velocidad de un 'rrari
Ella es dueña de la city
Con un rooftop en Miami"
Mi móvil empezó a sonar y dejé a Nora bailando para ir al baño y cogerlo.
– Wow, escucho música ¿has salido?
Sonreí al escuchar la voz de Pedri al otro lado.
– Pues sí.– hipé.– Podrías venir a por mí.
– ¿Ya quieres irte? Es la una y media Abi.
– Quiero dormir a solas contigo por una noche.– murmuré.
– ¿Y Ellie?
– Está con Virginia, siempre cuida de ella cuando salgo de fiesta.– respondí.– Podemos dejar a Nora en casa y nos vamos. Por favor.
– Como quieras tú, me visto y en cinco estoy ahí.
– Gracias.– susurré y colgué.
Volví a la pista y avisé a Nora de que ya era hora de volver.
Ella no se negó y después de un rato Pedri llegó y nos montamos en el coche.
Tuve que pegarle a Nora por irse de la lengua varias veces y cuando la dejamos en casa solté un suspiro.
– Es implacable ¿eh?– murmuró Pedri con una sonrisa.
Lo miré embobada y asentí.
– Deja de comerme con la miradita cariño.
– No puedo.– respondí.– Me encantas.
Pedri desvió la mirada de la carretera durante unos segundos y me miró fijamente.
– ¿Te encanto?
Asentí.
– Pues hazme un favor nena, deja de hacerte la dura conmigo.
– No puedo.– hipé.– Es mi caparazón.
– Que tu ex fuera un niño no tiene nada que ver conmigo.– murmuró.
– Ya, pero las secuelas siguen ahí.
– Siguen ahí porque te cierras conmigo.
Lo miré fijamente y suspiré.
– Lo siento.– balbuceé.
– No te disculpes conmigo Abi, no has hecho nada malo y voy a estar aquí yendo despacio solo para que confíes en mí, para que te abras conmigo y para que te sientas cómoda.
Sonreí y una de sus manos se posó en mi muslo, acariciándolo suavemente.
Cuando llegamos a su casa, saludé a su hermano y tras darme una ducha me puse algo de ropa suya y me fui a la cama para tumbarme a su lado.
– ¿Qué se siente?– preguntó.
– Hacía mucho que no me acostaba en el pecho de nadie.– admití.
– Pues conmigo hazlo siempre que quieras amor.
Sonreí y me arropé un poco.
Él se pegó a mí y acarició mi espalda por debajo de la sudadera y yo cerré los ojos totalmente relajada con las caricias.
Empezó a besar mi cabeza y entonces sentí las mariposas revoloteando en mi estómago.
A mi mente llegaron los recuerdos con Daniel y me di cuenta de que aunque era el mismo acto, se sentía distinto con Pedri. 
Y eso me asustaba.
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Estoy muy romanticona estos días, me disculpo. Estoy a falta de amor y lo reflejo en las historias jejejejjee 💘