19: "Intervención" (roomies) - (2)

                                    

                                          
Nota: Contiene (obviamente) feederism, eructos y gases.
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- Mientras no termine como su cerdo al horno, todo bien - dijo mordiendo su hamburguesa 
Pero terminando el segundo mes, aquello último empezaba a sonar posible. 
Joel se encontraba en un centro comercial con Ollie, Rico y sus amigos; vestía una camiseta roja y unos pantalones de cargo que comenzaban a ser demasiado tratados, la camiseta en la que un día su torso tenía espacio en libertad ahora le quedaba totalmente ajustada, mostrando al público su nueva panza, redonda, solida y sobre todo, creciente.
- Aún no estás tan gordo, está bien - se dijo a sí mismo mientras veía su reflejo en los baños de la plaza.
"Aún" pensó, mientras veía su rostro un poco más cachetón.
Cuando salió del baño para regresar con sus amigos al food court, se topó con una de esas básculas fijas de centro comercial. Una parte de él prefería seguir caminando y no saber, pero la curiosidad era más fuerte.
- Ok, pesaba 74 kg antes de mudarme
Joel puso su moneda y esperó ligeramente preocupado mientras la báscula lo pesaba e imprimía el resultado. ¡Clink!
Tomó el papelito, lo leyó y...
- A LA VERGA - no pudo siquiera contener aquella grosería. La sorpresa era demasiada.
91 kilogramos. 
¿¡Más de 15 kilos en 2 meses!?
"Tal vez debería empezar a comer menos" pensó para sí.
Regresó con sus amigos, donde Rico le dijo que ya le había pedido otra ronda de gorditas de chicharrón.
Quería rechazarlas y hacer caso a lo que acababa de pensar tan solo unos minutos atrás "debería comer menos..." pero se veían tan buenas, llenas de carne, realmente gorditas...
"Bueno, un último buen gusto antes de la dieta" se dijo a sí mismo.
Y ese último buen gusto se siguió extendiendo a lo largo de aquel día, ya que después fueron al cine donde hubo un hot dog, una orden de nachos, palomitas extra grandes, un batido y refresco, todo eso para cada uno. 
La gente miraba sorprendida, y un poco juzgante a los cuatro gordos amigos - y el quinto gordo que venía en camino - pero realmente a ninguno de ellos les importaba.
Ese día Rico fue invitado a una fiesta de un amigo del trabajo, y Ollie y Joel lo acompañaron.
El amigo también era chef... Y gordo; así que comida no faltaba en aquella fiesta.
Había una mesa de postres con montones de opciones: mini tartas de frutas, Pay de limón, pastel de chocolate, cupcakes, donas...
Joel hizo varias visitas a la mesa de dulces, jurando en cada visita que esa era "la última", pero eso no ocurrió hasta que se fueron de la fiesta. Joel sentía que esa noche había regresado a casa con una panza aún más grande y rebotante de lo normal.
- BOuuuuUUARrrRrrrRrp - liberó Joel mientras entraban a la casa 
Rico y Ollie solo rieron por lo bajo, estaban acostumbrados, así como Joel con ellos.
- Alguien comió como un hombre hoy, eh - le dijo Rico dandole unas palmaditas en la panza, casi con orgullo.
Joel se limitó a reír.
- Y todavía falta la cena - dijo Ollie - Dante y Lucas me textearon, Dante traerá un refractario entero de Carlota de Limón y donas rellenas, y Lucas rollos de sushi frito y hamburguesas.
Joel recordó lo que se prometió en la plaza "comer menos", pero en cuanto llegaron los chicos con la comida se dijo a si mismo que podía empezar a hacer ejercicio por las mañanas para contrarrestar todas las calorías.