Capítulo 47 parte II

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De nuevo hacen el ademán de quitarme a Gretta pero es que jodeeer ¡Que no voy a dar mi brazo a torcer, jódanse! Me aparto rápidamente abrazándola más fuerte y apretándola contra mi pecho, me duelen los brazos pero me importa una mierda, no la voy a soltar, no pienso dejar que toquen a mi novia y mucho menos en este estado. Así que me acerco a la puerta abierta y pongo un pie, entonces Chase me toma por el hombro y me giro a asesinarlo con la mirada.

Qué puto fastidio con estas personas, que agradezcan más bien que no estoy en condiciones de llevármela. Porque de tener apoyo no lo dudaría. Han dejado que viniera hasta aquí estando herida ¿Qué les hace pensar que quiero dejarla sola con ellos estando así? Hijos de puta.

—Chevalier —enarco una ceja, Chase parece cansado de mí pero yo también estoy cansado de ellos—, no puedes venir

—¿En dónde tienen el equipo médico más cercano y dotado?

—Edimburgo.

No dije nada más, simplemente lo hice a un lado y subí a la camioneta. Me acomodé como pude y arropé bien a Rizos con la gabardina. Noté que William encogió los hombros cuando Chase se quedó mirándolo con mala cara pero al final no tuvieron de otra que ceder y subir a la camioneta. Chase subió adelante, uno de los hombres al volante y William a mi lado. Subí las piernas de Gretta sobre las suyas únicamente para que ella no estuviera en una mala posición, pero no pude pasar por alto que que las sostuvo con sus manos con demasiada firmeza y le golpeé el dorso para que aflojara el agarre.

Ja, mira nada más, es que de verdad me he perdido de muchísimas cosas. Que no me quiero imaginar cuáles, pero ya lo estoy haciendo. Lo peor es que no puedo pedir explicaciones ya que la única que me las dará no está consciente.

De acuerdo Angel, ten paciencia. No causes líos, no metas a Gretta en más problemas de los que seguro ya tiene.

La ciudad estaba hecha un caos, ya no había nadie en las calles y Chase se quitó el pasamontañas al igual que el resto cuando tomaron la carretera. Fue entonces cuando me di cuenta de que estábamos tomando un camino muy alejado y que desde aquí podía verse el humo y oírse las sirenas de bomberos y ambulancias socorrer a la población. No había nadie por estos lares pero aunque me causaba cierta curiosidad memorizar el camino por si se presentaba un imprevisto, monitorear a Gretta era mi prioridad. Estaba un poco sudorosa, señal de que la inyección estaba surtiendo efecto. Pero eso no quitaba el hecho de que seguía estando mal, la fiebre estaba demasiado alta y si hubiéramos tardado más en atenderla habría sido catastrófico.

Los vampiros son más fuertes que un humano en la mayoría de los casos, pero también tienen debilidades que nosotros no poseemos. Es como si la naturaleza se negara rotundamente a crear un ser vivo considerado perfecto, como si fuera una amenaza que existieran seres así. Los vampiros son más peligrosos por su fuerza y aguante, pero no todo es bonito para ellos. Su cuerpo tiende a volverse más vulnerable en ciertas situaciones como cuando se ven expuestos a sustancias químicas específicas que pueden alterar su cerebro y sistema nervioso, incluso provocarles problemas cardíacos prematuros. Así como también ciertos mecanismos de defensa de su sistema inmune tienden a ser incluso mas peligrosos para sí mismos que para un humano.

La fiebre está entre esos mecanismos de alto riesgo. Y es que una vez alcanzan su límite y convulsionan, las consecuencias son gravísimas. No es como un humano, para nada. Las convulsiones febriles no dejan consecuencias en los humanos pero con los vampiros es igual a una convulsión epiléptica. Podrían desarrollar daños cerebrales instantáneos como un efecto colateral e incluso cambios en el comportamiento irreversibles. Lo que me molesta bastante, Gretta se conoce a sí misma y aún así no mide riesgos, no se cuida.

Apenas llegamos nadie cuestiona mi presencia ni absolutamente ninguna de mis acciones, pero a medida que nos adentramos en un pasillo y luego cruzamos una puerta, todas las personas que han estado cruzándose con nosotros reparan en mí como si me juzgaran. Sé que saben quién soy, el chisme de que me "enredé" con la única Khöning que queda parece ser más importante que muchos otros asuntos, y es que varios desconocidos me han preguntado por ello en los distintos países y ciudades que he visitado. Cruzamos otra puerta y una enfermera nos recibe, luego llega una más y se preparan para recibir a Gretta indicándome en dónde se encuentra la camilla.

Bloody Mary #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora