Sinceramente ni siquiera supe cómo pero logramos llegar a una cerca hecha con cordones de seguridad. Le susurré un "gracias" a Protágoras antes de agacharme y cruzar esos cordones junto a Edwin y Dwade. Frente a la puerta del edificio había varias personas que, supongo yo, son el personal de seguridad de Perfect Shot.

—Am, vine por lo del concurso —mencioné. Mi voz sonó más temblorosa de lo que imaginé pero ver las expresiones de las dos personas más importantes en mi vida me dió ánimos.

—Nombre —un hombre robusto que vestía un traje elegante habló con seriedad mientras me miraba directamente a los ojos.

¿Ya es muy tarde para regresarme a mi casa? Soy muy joven para tener emociones tan fuertes, no me gusta.

—Tynan V.

Él revisó las hojas de papel que tenía en su mano, yo solo podía escuchar el sonido de esas hojas moviéndose al mismo tiempo que mi corazón latía con fuerza. Vamos Tynan, te preocupas como si no hubieras mandando una fotografía tuya cuando te inscribiste.

El hombre levantó la vista de las hojas de papel para mirarme, después regresó su mirada a las hojas y finalmente las acomodó para volver a mirarme.

—¿Estás dos personas vienen con usted? —preguntó, mirando a Edwin y a Dwade.

—Sí.

—De acuerdo, pasen.

Abrió la puerta e inmediatamente entramos al edificio de Perfect Shot. Ahí, frente a nosotros, estaba una mujer vestida de forma elegante, "Amanda", es el nombre que tiene en la etiqueta rectangular que está pegada en el lado izquierdo de su pecho.

—Bienvenidos —su voz sonó algo dulce, pero era claro ese tono de "solo soy amable porque es mi trabajo"—. Por favor, síganme.

Mis piernas dejaron de responder, solo me quedé ahí de pie mirando a esa mujer que supongo es una asistente. Tenía miedo, me sentía aterrorizado, ahora mi pulso iba cada vez más rápido y estaba empezar a sentir que me quedo sin aire.

¿Por qué estoy aquí?

¿Por qué no solo deje que la oportunidad pasara frente a mis ojos?

Mi hermano rodeó mis hombros con su brazo y casi al mismo tiempo Dwade tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos. Edwin, que estaba a mi lado derecho, me dio un par de palmadas en la espalda antes de hacerme una seña con la cabeza para decirme que siga a la persona llamada Amanda. Dwade, quien estaba sonriendo a mi lado izquierdo, besó el dorso de mi mano y eso me hizo pensar que estaba diciéndome lo mismo que mi hermano.

Inhale el aire suficiente como para llenar por completo mis pulmones —lo cual no fue mucho porque ya tengo los pulmones dañados de tanto tabaco que llegué a consumir— y obligué a mis piernas a moverse.

Caminamos siguiendo a Amanda, llegamos a un pasillo no muy grande pero que tenía un espejo bastante bonito. Me tomé un par de segundos para apreciar mi reflejo, sigo luciendo igual de lindo que cuando salimos de casa, bueno, mis tenis ahora están sucios de la punta porque al parecer me pisaron mucho pero aún así estoy ileso. Y por supuesto que eso es gracias a los dos chicos guapos que vienen conmigo; al traje de Edwin se le desaparecieron dos botones y a la camisa de Dwade de pronto está tan holgada que deja a relucir sus clavículas.

¿Esos eran periodistas o animales salvajes?

—Es aquí —la mujer se detuvo junto a una puerta, y antes de girar la perilla para abrirla dijo;—. Es la oficina de le señorite Avery.

Lo primero que ví detrás del umbral de la puerta fue a varias personas, siete de ellas tenían un gafete con lo que supongo yo son sus nombres. Había un chico —sé que era un chico porque esos gafetes también tienen pronombres en la esquina superior derecha— que tenía cara de que no vino a hacer amigos, su gafete tiene la palabra "Vicco" con una tipografia bastante grande mientras que tiene algunas letras más pequeñas que no alcanzaba a ver.

Microamor [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora