8.

                                    

                                          
Ericka.
Llego a mí departamento sola pues Emma y Carla deciden subir, voy a mi habitación para tirarme un minuto en la cama.
Fue agotador caminar tanto, reviso mi celular el cual había dejado y les cuento a mis padres como me fué hoy en compañía de las chicas.
Después de eso me levanto para ir a bañarme.
Mientras me baño recuerdo a Valeria y me pregunto cómo está. Ella estuvo conmigo en todo momento al llegar a España creo que sería un buen gesto llamarla para quedar con ella y agradecerle su amabilidad.
Al terminar el baño regreso a mí habitación para vestirme solo con un conjunto de ropa interior azul marino, un short gris y una camiseta sin mangas blanca. Cojo mi teléfono para ver que ya es la 6 de la tarde, el sueño está volviendo a mí haciéndome consciente de que el cambio de horario empezará a afectarme.
Antes de acostarme voy a la cocina para preparar una sencilla ensalada de frutas y al momento de sentarme busco la tarjeta que me dió Valeria.
La cuál tuve que buscar en el abrigo que usé ese día.
Al regresar a la cocina me senté a comer y anoté el número en mi móvil para llamarla en cuanto terminara. 
Aunque me da algo de pena quizás esté ocupada, pero ella me dijo que podía llamarla ante cualquier duda, quizás tenga conocidos aquí con establecimientos en los cuales pueda trabajar.
Al terminar lavo mi plato y me dirijo a mi habitación para enviar el texto.
Primero saludo y le pregunto cómo está, y dejó el celular encima de la colcha y yo me quedo sentada con mis piernas cruzadas sintiendo algo de verguenza pero ya es tarde pues ya envié el mensaje.
Unos minutos después llega la respuesta.
Valeria.
Buenas noches, ¿Quién es?
Yo.
Soy Ericka, nos conocimos
en el vuelo a Madrid.
Vuelvo a dejar mi móvil en la sábana y espero paciente la respuesta la cual no tarda mucho en llegar, Valeria hace notar su felicidad de saber de mí y eso ayuda a que mis nervios bajen.
Valeria.
¡Ericka!, ¿Cómo estás?,
pensé que habías votado
la tarjeta que te di.
Eso de cierta forma me suena como un reproche de su parte por no escribirle antes, lo que me hace soltar una risa divertida.
Yo.
Lo siento, es solo que no
quería molestar, estoy muy bien hoy 
salí a los alrededores
para familiarizarme con la zona
pero no tengo muchas opciones
de trabajo por aquí.
Informo de manera sutil, la vergüenza que sentía hace unos momentos se esfuma ante el entusiasmo de Valeria por hablar conmigo y eso se hace sentir más cómoda para expresarme con ella.
Al ver que tarda un poco en responder me quedo un rato pensando en la inmortalidad del cangrejo mientras observo la pared. Creo que al estar lejos de mis padres y no tener en quien confiar me hace de cierta forma intentar ser un poco más cercana con las personas que se muestran agradables conmigo, quizás por eso me estoy permitiendo ser un poco "abierta" con Valeria, Emma y Carla.
Y al estar tan acostumbrada a tener solo a mis padres para hablar de lo que siento o pienso me resulta un poco extraño, aunque no me quejo de nada pues se han portado muy bien conmigo, tengo que tomar esto como una oportunidad para empezar a ser mas sociable.