Cap 29

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La peli naranja se adentró al bosque, y luego de tres minutos recto sintió que algo tomó su cintura y era jalada a un lugar. Después de eso, sin darse cuenta ya tenía su espalda contra un árbol, y el antebrazo del pecoso por encima de su cabeza.

— ¿Quién te dio permiso en seguirme Kendo? —

—Nunca me lo prohibiste, solo a Melissa y supongo que lo hiciste a propósito para que yo me diera cuenta que me das el permiso de hacerlo ¿Cierto? —

El pecoso sonrió levemente —tienes un poco de razón— dijo mientras ponía su mano en la mejilla de la chica —sigues herida, mis dedos tienen manchas de tu sangre. Deberías regresar—

—No me trates como si fuera importante para tí, sé que no lo soy y eso es muy cruel de tu parte—

El chico rió un poco —como siempre divertida— y el peliverde limpiaba la sangre de Kendo con la manga de su playera. — ¿Y por qué insinúas que no eres importante para mí? Después de todo, hice todo esto para que la liga de villanos sepa que estás bajo mi protección, y lo pensarán dos veces antes de intentar otra cosa contigo—

— ¿De verdad ibas a matarlos? ¿Ibas a hacer eso por mí? —

—No responderé a esas preguntas— contestó de forma divertida.

—Eres un maldito— ella lo empujó para marcar la distancia —no te entiendo, maldita seas ¿Qué quieres conmigo? Ya cuéntamelo. Esto dura demasiado y solo me confundes más y más ¿Hay algo que deseas de mí? Pídelo de una buena vez y deja este maldito juego—

Ella fue atraída por los látigos de Izuku —te encuentras un poco violenta hoy, deberías cálmate—

—No te me acerques idiota, no soy ni lo que sea que creas que soy. Además, esos acercamientos no son adecuados para alguien que tenga novia. Aprecio que salvarás mi vida, pero no puedes tocarme por eso—

—No te estoy tocando—

—Tus látigos lo hacen, es lo mismo—

El joven rodó sus ojos —qué exagerada, solo es precaución porque estás molesta y tengo miedo que me golpees. Por cierto, ¿por qué el enojo? —

—Porque juegas conmigo y me molestas, todo ese dinero que me das a diario con esa tarjeta que me regalaste ¿Para qué? Solo me ignoras todo el tiempo, pensaba que querías sexo algo así al principio. Pero no, lo tuyo es algo diferente y me enoja no saber qué rayo tienes en esa cabeza—

—Cierto, ahora lo que recuerdo es que me pediste que te prestara un poco de atención cuando fingiste que ibas a una cita—

—No fingía, realmente fuí a una cita— era una obvia mentira —y a parte tú me escribiste para confirmar eso ¿Acaso crees que soy de tu propiedad que hiciste eso? —

— ¿Acaso te crees mi novia para pedirme atención y tratar de ponerme celoso? — Kendo desvió su mirada luego de esa pregunta.

—Maldito—

Este sonrió —parece que toqué un punto frágil— y con dos de sus dedos levantó el mentón de la chica y se acercó un poco a ella —aparentemente te olvidaste de tu lugar. Recuerda, Itsuka, Melissa es mi novia, nadie más tiene ese puesto y no acepto amantes— así lo soltó.

—Hablas como si yo quisiera eso, solo estoy molesta por la forma que me tratas y que no digas tus intenciones hacia mí. Nada más y nada menos así que no te crezca chico problemático—

—Cambiando el tema—

— ¡No te atreves a cambiar el tema! — Exclamó la chica.

—Tranquila, no me levantes la voz— dijo el chico mientras puso su brazo en los hombros de Itsuka —respeto ¿Recuerdas? Eso nunca debe faltar—

Daño ColateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora