Nathaniel y Candy subieron a un taxi y dieron al conductor la dirección que Castiel había dejado indicada en un papel. Mientras hablaban, no se dieron cuenta de que el vehículo les llevaba a la zona más lujosa de la ciudad, hasta que se detuvieron frente a una imponente mansión contemporánea.
—¿A-aquí es donde actúan Castiel y Lysandro? —dijo Candy saliendo del taxi con los ojos abiertos como platos.
—Debe de ser una especie de evento exclusivo... —supuso Nathaniel, asombrado.
Candy recordó que Castiel le había dicho que se trataba de una fiesta privada, un cumpleaños de un ejecutivo de la emisora de radio, que apreciaba el talento de la banda.
Tras dar sus nombres en la puerta, entraron. Candy apreció que aquellos invitados eran muy diferentes al público del último concierto de The Reckless: empresarios y empresarias con traje o atuendos de fiesta y mucha gente guapa, aunque muchos parecían casi tan alocados y animados como las chicas con las camisetas de la banda que vio la otra vez. La fiesta estaba en pleno apogeo. La música sonaba a todo volumen y la gente bailaba y bebía sin parar. Nathaniel y Candy se abrieron camino a través de la multitud, buscando a Castiel y Lysandro.
Finalmente, los encontraron en una gran sala de estar, rodeados de admiradores y fanáticos. Castiel estaba en el escenario, tocando la guitarra eléctrica con habilidad y cantando, junto a la voz suave y seductora de Lysandro. Acompañados del resto de músicos de The Reckless, el sonido hacía vibrar al privilegiado público. Nathaniel y Candy se quedaron un poco apartados de la muchedumbre, viendo el concierto tomando algo de vino. A pesar de no estar en primera fila, estaban maravillados por el talento y presencia escénica de sus amigos. Cuando el set llegó a su fin, Nathaniel agitó el brazo en alto para hacerse ver y Castiel y Lysandro se acercaron, felices de verlos allí.
—¡Vaya sorpresa! —exclamó Lysandro, abrazando a Candy.
—¿Os habéis divertido? —preguntó Castiel, sonriendo.
—Muchísimo —asintió Nathaniel.
—¿Brindamos por el reencuentro? —propuso Castiel— Venid, tenemos champán en una zona más privada.
—Vamos —dijo Lysandro, poniendo la mano en el hombro de Candy.
El grupo se dirigió a la puerta de una estancia protegida por un miembro de seguridad. Castiel se acercó, le tendió su acreditación y pidió con dureza que nadie les molestara. La zona privada estaba decorada con elegancia y buen gusto, con una mesa redonda de cristal en el centro, rodeada de cómodos sofás y sillones donde los cuatro amigos se acomodaron con copas de champán en mano. La música de la fiesta sonaba a lo lejos, al otro lado de la puerta creando un ambiente perfecto para la reunión.
—Qué guapa estás, Candy... Me alegra mucho que viniérais, Castiel no me había dicho nada—dijo Lysandro.
—¡Tú sí que estás guapo, Lys, me encanta tu conjunto! — exclamó ella, ante la impecable apariencia del músico.
Castiel y Nathaniel charlaban animadamente, recordando anécdotas del pasado, mientras Candy y Lysandro se perdían en una conversación más personal. Hablaban de música, de proyectos y de cómo los acontecimientos los había vuelto a unir después de tanto tiempo.
—¿Qué os ha parecido el lugar? —preguntó Lysandro, tomando de nuevo la botella de champán de una cubitera para llenar sus copas de nuevo.
—Impresionante, debo decir —respondió Nathaniel, mientras Lysandro le servía champán.
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Melodías prohibidas, pasiones compartidas | Fanfic Corazón de Melón [🔞]
FanfictionEn este fanfic de Corazón de Melón, unos años después de graduarse en el instituto, Candy se reencuentra con su ex Castiel y sus compañeros Nathaniel y Lysandro. A pesar del paso del tiempo, las emociones se reavivan tras la huella que ella dejó en...