XLVI

                                    

                                          
Manes, habrá  18 más adelante  (pueden pasarse esa parte si les incómoda leerla)

MADDY OBSERVÓ LAS FACCIONES de la chica de la ventana deformarse de inmediato, una risa desesperada y algo maniática brotando de sus labios.
Helen: Estás jugando ¿Verdad? ─Preguntó, la risa continuando.
Maddy frunció el entrecejo. Claro que no estaba.
Se levantó lentamente, colocándose frente a Helen, sujetando sus manos antes de mirarle a los ojos, intentando pedirle perdón por no ser ni poder hacer lo que realmente quería.
Ella quería ser libre.
Ella quería besarla.
Maddy: Lo siento ─Susurró con tristeza.
Y Helen simplemente se lanzó sobre sus brazos, envolviéndola fuertemente, escondiendo su cabeza en su cuello, sus lágrimas frías chocando contra su piel.
Esto le rompió el corazón.
No en el sentido literal, porque los corazones no pueden romperse, así como así, pero el dolor que sintió fue como ese. Como el dolor que debe sentirse cuándo verdaderamente te rompen el corazón.
Helen: ¿Por qué? ─Sollozó contra su hombro.
Escuchar sus palabras ahogadas acrecentó su dolor. Si antes su corazón se había roto, ahora estaba triturado.
De nuevo, no literalmente.
Maddy: No lo sé...
Helen: Pero tienes diecinueve ─Chilló.
Maddy: A mi madre no le interesa esto.
Helen: Pero... tú... tú... ¿Por qué aceptaste?
Maddy: Él solo me lo pidió, Eli... No tuve tiempo de responder. Mi madre aceptó por mí.
Helen: Pudiste haberte negado ─Susurró, aferrándose a la parte trasera de la ajustada camiseta de Maddy con fuerzas, como si no quisiera dejarla marchar.
No es que quisiera irse a alguna parte.
Maddy: No habría valido de nada. Ellos no me escuchan, Eli... Ellos me ignoran. Es como si no estuviese con ellos.
Helen: Podrías intentarlo...
Maddy: No lo creo. Mi madre es tan controladora que me detendría incluso antes de pensarlo.
Helen: No te rindas ─Casi suplicó, aún contra su cuello.
Maddy: Realmente lo siento, Eli...
Helen: No me llames Eli si vas a rendirte ─Le reprochó, apartándola bruscamente. Maddy sintió el impulso inmediato de correr a abrazarla cuándo vio sus ojos hinchados y sus mejillas húmedas, pero se detuvo cuándo su diccionario mental detecto enojo en sus facciones.
Helen: Por favor, no me odies...
"Por favor. Por favor. Por favor. Si nos odia será tu culpa, idiota"
Helen: No podría odiarte ─Sollozó sentándose sobre la cama de Maddy y mirándola fijamente a los ojos. Maddy pudo jurar que pudo sentir el dolor de la chica en su interior con solo este gesto─. Pero estoy decepcionada de que realmente no hagas nada para evitar esto... Ayer me dijiste que ibas a dejarlo... Y hoy... hoy me dices que vas a casarte con él.
Maddy suspiró con tristeza y se acercó a ella, arrodillándose y mirándola a los ojos. Tal vez no lo merecía. Tal vez no merecía sus ojos sobre los suyos. Pero los necesitaba. Los necesitaba para no derrumbarse junto a ella.