XXXVII

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Maddy: Les hice el desayuno ─Dijo a Samantha y a Henry al verlos bajar por las escaleras. Helen aún dormía y ella se había levantado temprano solo para hacer aquello, encontrando de esta forma una manera de "pagarles".

Samantha: No tenías que hacerlo, Maddy ─Susurró, Maddy entregándoles sus respectivos alimentos y guiándolos al comedor tímidamente.

Maddy: Yo quería.

Los padres de Helen aceptaron aquello. Maddy no cambiaría de parecer.

Henry: Me encanta el desayuno, pero eso no va a hacer que me olvide de que dormiste con mi hija cuando teníamos un trato.

Maddy: Señor, yo...

Henry: Solo cuéntame por qué mi hija estaba allí y no tendrás que irte ─Había una arruga en su frente, y un ligero toque de enojo en su voz que el diccionario mental de Maddy detectó fácilmente.

Maddy: Ella volvió a su habitación, pero yo no podía dormir... Yo no fui a su habitación, lo juro, ella solo volvió y yo no pude pedirle que se marchara... Temía que él regresara ─Contó con cierto dolor en sus palabras.

Samantha: ¿Estás bien? ─Preguntó preocupada.

Maddy se encogió en hombros.

Henry: ...No te pediré que no vuelvan a hacerlo, pero por favor duerman con la puerta abierta y no hagan nada indebido.

Maddy: Está bien ─Aceptó.

El silencio los invadió hasta que Samantha interrumpió.

Samantha: Necesito saber si te sientes bien, Maddy. Por favor.

Maddy: Estoy algo bien. Hablaré con mi psicólogo mañana. Él me ayudará con todo eso, lo prometo... Además, Eli me ayudó un poco anoche ─Aclaró─. Ella siempre me ayuda ─Una sonrisa se dibujó en sus labios inconscientemente.

Henry: ¿Cuándo te refieres a esa "ayuda" debo deducir que hicieron algo más que dormir?

Maddy tragó saliva. Realmente tendría que andar con cuidado en esa casa.

 Realmente tendría que andar con cuidado en esa casa

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MADDY ESTABA SOLA. Helen y Theo estaban en la escuela y Henry y Samantha en el trabajo. Saldría en la tarde con Cassie, pero aún faltaba mucho para eso.

Estaba aburrida.

Limpió el lugar, miró algo de televisión, volvió a limpiar.

No sabía qué hacer.

Helen: Adivina quién soy ─Escuchó con un tono de voz juguetón en cuanto se llevó el celular a la oreja.

Maddy: Amor, vi tu nombre en la pantalla y no podría confundir tu voz. Estás loca si crees que no se quien e...

Helen: Es un juego, Maddy ─Explicó pacientemente─. Se supone que tu finges no saber quién soy, coloco mi mejor voz sexy, te doy datos acerca de lo muy atractiva que luzco y terminamos teniendo una rápida sesión de sexo telefónico...

"La chica de la ventana" - | Maddy Pérez |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora