Capítulo 36

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19 de mayo, año 2023. Palacio Schörbrunn de Viena, Austria.

—Será una ceremonia intima, sin demasiados escándalos.

Si para ellos esto era algo íntimo no me quiero imaginar cómo habría sido de haber querido lo contrario.

El palacio de Viena perteneció alguna vez a la dinastía, hasta que se descubrió que los líderes del imperio austriaco tenían "costumbres extrañas" y se bebían la sangre de sus lacayos. El pueblo impulsado por un traidor de la nobleza humana irrumpió en el palacio y asesinaron a los emperadores esa noche. Sin embargo gran parte de la familia fue llevada a Alemania y allí se decidió ocultar varias de las prácticas vampiro del mundo humano. Después del golpe de estado hubo guerras, pero al final varios de mis ancestros retomaron el poder del imperio.

Este palacio vio crecer a mi abuelo, a su padre, y al padre de su padre.

Y este mismo palacio va a ver —como muchas otras veces en el pasado— a una noble vampiresa ser obligada a contraer matrimonio para asegurar el linaje de la dinastía.

Desde que Bona y Erik nos vieron partir desde Marruecos, William y yo hemos afrontado solos todos los problemas que ya sabíamos que vendrían. Hablamos con el clan rebelde al que Chase ya pertenecía y les entregué el manuscrito, la base fundamental para hacer una rebelión de forma legal. Y mientras ellos empiezan con el plan nosotros hacemos nuestra parte; hacerles creer que pueden con nosotros.

La madre de William, Lou Espinosa, se ha encargado de mí como si fuera mi tutora. Diciéndome que hacer, que comer, como vestir y hasta lo que puedo o no decir. Como si no me hubieran educado toda mi vida en una casa real. Camina delante de mí con paso rápido, sus tacones negros de aguja hacen eco con cada paso que da y yo solo puedo verla con rencor mientras ella parlotea.

Si es insoportable la mayoría del tiempo, ahora que la ceremonia ha sido pautada para hoy lo está aun más, como si fuera ella la que va a casarse.

Sí, me caso hoy a las diez de la mañana. Apenas son las cuatro y Lou ya me arrastra por todo el palacio mientras yo solo pienso en que quiero dormir un año entero.

—¿Me estas escuchando?

—No.

Lou se detiene y voltea a verme, un movimiento tan brusco que podría romperse el cuello si hubiera sido más dramática. Me miró con esos irises casi rojos en enfado.

Honestamente, aunque Lou da más miedo que la mismísima Melisa Bukater a mi sus miradas asesinas no me provocan ningún efecto, y tal vez sea debido a que odio a todos aquí lo suficiente como para que no consigan intimidarme.

—Debió sobrevivir Anastasia, ella si tenía clase.

La miré con el gesto torcido, caminando detrás de ella. Ni siquiera me he dado cuenta de a donde me guiaba hasta que abrió las puertas de un salón.

—¿Tu que sabes?

—¡Compórtate! —Me gritó, luego se dio la vuelta y siguió caminando— No puedo creer lo mal educada que estas, pareces un animal.

Suspiro dramáticamente, en el centro del salón está un maniquí con lo que se supone es mi vestido. Varias chicas terminan de arreglar detalles mínimos mientras una mujer vestida de traje y un sombrero grande con plumas las supervisa.

Marie, la diseñadora.

—¿Así es como le hablas a tu reina, Lou? Que poca clase.

—Seas reina o no, soy tu tutora y suegra —me echa una mirada, colocándose al lado de Marie para ver el vestido—, tengo derecho a tratarte como quiera.

Bloody Mary #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora