Hace calor. Cale se removió, adormilado, todo su cuerpo parecía incapaz de soportar su propio peso, demasiado cansado y dolorido como para hacer un trabajo tan sencillo como levantarse. Le dolía la cabeza, tenía tanta sed.
"M-Mamá", murmuró, llamándola, extendiendo la mano buscándola.
Ronroneo.
Cale se congeló, con los ojos muy abiertos, mirando el pelaje negro frente a él, notandolo en sus manos, ¿Cuando se había aferrado? Respiró superficialmente, una exhalación temblorosa, casi ahogandose. Lentamente levantó los ojos, sin moverse, se encontró con la mirada del león negro, la enorme bestia le devolvió la mirada, suave y curiosa, Cale cerró los ojos cuando su lengua le lamió la mejilla, un roce suave que aún así, terminó siendo lo suficientemente áspero para irritar su piel, Cale estaba completamente despierto ahora. Casi dejo de respirar al sentir un paño cálido humedecer su hombro, fue cuando se dió cuenta de que estaba completamente desnudo, con únicamente la sábana cubriendo su regazo en una ridícula forma de modestia.
Debí haberme ido, debí irme, debí correr, habría llegado lejos, lo suficientemente lejos para cortarme la garganta, yo...la mente de Cale era un revoltijo de pensamientos y emociones oscuras y derimentes. Baal, sintiendo su angustia, soltó un gorgoteo lamentable, restregando su mejilla contra la cabeza de Cale, eso solo aumentó su pánico.
Baal gimoteó, inquieto, mirando a su mascota sin saber que hacer ante el dolor de su compañero.
Cale soltó lentamente el pelaje de la bestia, intentando poner distancia hasta que Baal lo notó y gruñó. El pesado sonido le hizo temblar, acurrucandose sobre sí mismo, sin atreverse a alejarse de nuevo.
Cuando una mano, humana, extremadamente cálida y húmeda tocó su hombro, Cale simplemente no pudo soportarlo. Saltó lejos del tacto, enrredandose en la sábana y cayendo estruendosamente en el suelo, respiraba muy rápido, con el corazón latiendo como un conejo, sentandose, estiró la mano y atrajo la sábana a su regazo, ocultandose. Retrocedió un poco, deteniendose cuando Baal gruñó de nuevo. Miró con cautela a la bestia que le veía con ojos tristes desde la cama.
Baal lloriqueó, sus grandes ojos oscuros brillaban con lágrimas no derramadas, como si el alejamiento de Cale lo hubiese lastimado.
¿No me quieres?
Quiéreme.
Quiéreme.
Por favor, quiéreme.
Cualquiera puede temerme, pero no tu.
No tu.
Eres especial.
Se supone que eres especial.
Quiéreme.
Quiéreme.
Compañero...
Al ver a Baal levantándose para abandonar la cama, Alberu finalmente habló. "Basta", fue una feroz orden, su mirada fija en Baal, exigiendo sumisión.
Gruñido.
Baal se centró en su mascota, lo miró como si fuese su culpa que su pequeño compañero se alejara, luciendo tan pequeño y herido desde el suelo, mirándolos con inquietud, como si fuesen a lastimarlo.
"Basta", ordenó Alberu, su mirada era dura, casi cruel mientras se erguía en toda su altura, sometiéndo al ser más cercano a su alma.
Baal rugió, furioso, entonces el collar en su cuello brillo y la bestia cayó rendida en la cama, gimoteando.
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Busque tu alma en 1000 mundos
Fanfiction"...No deseaba esto". "Niño". "¡Este no era mi deseo!".