Capítulo 82

                                    

                                          
—Vine porque quería agradecerte por el otro día.
—¿He dicho algo para merecer gratitud?
Kang Se-hun pensó en la última vez que vio a Seo Da-rae. Estaba allí para advertirle que no lo volviera a hacer porque había puesto a Tae-soo en peligro, pero ¿qué estaba diciendo Seo Da-rae ahora?
Los ojos de Seo Da-rae parpadearon avergonzados por la actitud de Kang Se-hun, que no recordaba en absoluto. Luego asintió lentamente mientras se le ocurría un pensamiento.
—Una palabra que no es gran cosa para alguien puede ser un gran consuelo para otro, y eso fue lo que me pasó.
Mientras Seo Da-rae murmuraba como si entendiera, los ojos de Kang Se-hun escaneaban su rostro. No parece que esté mintiendo, pero ¿en qué diablos encontró consuelo en lo que dijo?
—Está bien si no lo recuerdas. Porque.... yo lo recuerdo.
Seo Da-rae borró su expresión de decepción y sonrió.
—Si has terminado de hablar entonces me iré.....
Kang Se-hun no podía concentrarse en Seo Da-rae porque su celular estaba sonando. Creo que su secretario lo está llamando porque todavía no viene, pero se preguntaba si debería sacar su celular o enviar a Seo Da-rae primero.
—Lamento haberte llamado cuando estabas ocupado. No te retendré por mucho tiempo.
—Dime.
Ante las palabras de Seo Da-rae, decidió dejar a un lado su celular. Kang Se-hun metió la mano en el bolsillo para apagar la vibración de su teléfono. Cuando Kang Se-hun parecía dispuesto a escuchar, Seo Da-rae jugueteó con sus manos incapaz de mantenerlas quietas.
—Sé que es abrupto, pero no quiero retener a una persona ocupada por mucho tiempo, así que seré directo. He vivido muy duro todo este tiempo. Y no hubo ningún alfa que me elogiara por eso.
Seo Da-rae apretó sus manos con fuerza y ​​cuidadosamente reveló sus sentimientos de frustración. Al principio, podía arreglárselas solo, pero cuando se derrumbó por culpa de Kang In-hyuk, quiso recibir consuelo de alguien. Incluso si fuera por lástima hacia la otra persona, no importaba mientras pudiera darle la fuerza para aguantar ahora.
—A esos alfas les gustó mi cara y mis feromonas. Fue difícil para mí saber que sus elogios no eran puramente sinceros. Eso no es todo. Incluso fui odiado por una persona severa que me acusaba por atraer a un alfa.
El resentimiento hacia alguien apareció en la expresión de Seo Da-rae. Fue sólo un momento, pero llamó la atención de Kang Se-hun, que había estado mirando a Seo Da-rae todo el tiempo. Seo Da-rae, que había organizado sus emociones y las había liberado todas en un suspiro, miró a Kang Se-hun con una cara mucho más aliviada.
—Pero el director general no hizo eso en absoluto. Estaba tan agradecido por eso que quise agradecerle.
—Si ese es el caso, no creo que haya ningún motivo para agradecerme.
Kang Se-hun se preguntó cómo había acabado hablando de esto, pero habló primero de todos modos.
—Es porque no me atrae tu aspecto y no me interesan tus feromonas. Pero no soy diferente de cualquier otro alfa. Elogiaré y halagaré para ganarme el corazón de la persona que me gusta.
Le había dado muchos elogios a Tae-soo. Que coma bien, que duerma bien y que se relaje.
—Lo elogio porque no puede ser tan bonito sólo comiendo bien.
La imagen de un Tae-soo gordo y esponjoso ya estaba dando vueltas en la cabeza de Kang Se-hun. Sólo pensarlo era tan tierno que no pudo evitar sonreír.