T⁴

                                    

                                          
Tessa se dirigía a la pila de partes de badnick, pues estaba un poco fastidiada y quería descargar su estrés en unas latas oxidadas.
— Más vale que hayan muchas partes robóticas, porque voy a ocupar ochent-... ¿ah?
Sus orejas percibieron algunos ruidos; parecía una pelea. Justo cuando sus amigos estaban muy lejos de ahí y también su novio. Soltó aire y sujetó una liana que encontró.
— ¡Espero que estés preparado, Eggy, porque voy a patea-...!
Sus ojos azules se abrieron sorprendidos ante la escena que se formaba, era una zorro forcejeando con algunos Eggbots.
— ¡Ha!— gruñó. Arrancó la cabeza de una abejabot y después la arrojó hasta otros enemigos haciendo una clase de chuza.
La puercoespín reaccionó y fue corriendo para apoyar a esa chica de ojos morados. Sin darse cuenta, ya estaban las dos formando una especie de alianza contra los robots de Eggman.
— ¡Agh!— Tamora recibió una cortada en el brazo y esto la desequilibró.
— ¿Estás bien?— se distrajo.
— ¡Cuidado!— escucharon las dos de otra fémina— ¡Ha!
Lo primero que lograron ver fue cómo un escarabajo de metal (que al parecer venía hacia Tessa) se derretía al ser tocado por aquella eriza; luego, este mismo, se transformaba en una vara de metal.
— Odio a estas cosas— bufó— vamos, terminemos con esto— sonrió hacia las otras dos.
Formaron un triángulo de defensa. Tam arrojaba sus esferas; Tahi usaba fuego contra ellos y Tessa los golpeaba.
— ¡Atrás de ti!— Tahira evitó que un láser llegara a la de ojos morados.
—... Gracias— murmuró antes de correr hacia mega-bot.
— ¡Con esto podemos sacarle la cabeza!
Sonrió la eriza con avidez. La ojizarco asintió y tomó la vara para arrojársela a la loba, esta clavó dicha arma en el "cuello" del robot y finalmente entre las tres lo hicieron caer.
Ya con su enemigo en el suelo, la ojiesmeralda y la puercoespín le sacaron la cabeza, utilizando la vara como palanca.
— ¡Bien! Exelente trabajo— la de púas lilas sonrió mientras se acercaba a las otras chicas— soy T, un placer.
La ojizarco sacudió las orejas.
— A mí igual me dicen T...— se extrañó un poco por la coincidencia.
—... También se me conoce así en algunos lados...— se cruzó de brazos y ladeó la cadera.
— Oh, pues... Díganme Tahira— extendió su mano.
— De acuerdo. Yo soy Tessa— correspondió el gesto con una sonrisa más tranquila.
—... Soy Tamora— levantó una mano.
— Es impresionante cómo es que nuestros nombres inician con la misma letra— la eriza dio a relucir su impresión.
— Sí, es curioso— la zorro lo pensó.
— Como si...— intentó formular una respuesta— estuviéramos...
— Conectadas...— dijeron a la vez.
Atrás de ellas, se escucharon unas risas animadas.
— Nooo... No puedes decir esas cosas— lo empujó suavemente.
— ¿Y por qué no?— le regresó el empujoncito.
— Porque es-...
Sus ojos corales notaron a las tres chicas que se congelaron al verla llegar.