16. Al final del arcoiris

                                    

                                          

                            

                                
                            
                              
                                  
                              
                              
                                
                                  
                                  
                                
                              
                             
                            
                            
                          
                          
—¿Listas para un domingo de compras?
Olivia dejó de mirar la pantalla del celular al escuchar a Thania hablar desde la puerta.
—De verdad espero conseguir todo para mi disfraz, las tiendas de aquí no tienen mucho material para ofrecer —prosiguió a decir Eli, a su lado.
Donatella terminó de retocar su labial frente al espejo y levantó su bolso del respaldo de la silla.
—Lista —anunció.
—Lista —Olivia repitió y se puso de pie, guardando el celular dentro de los bolsillos de su abrigo de lana violeta—. Ya quiero conocer el pueblo —sonrió y también levantó su pequeño bolso.
—Bueno, vamos antes de que nos caiga la lluvia a mitad de camino, el cielo está muy nublado —Thania apuró y salieron de allí.
Estando afuera de la Torre Solsticio el grupo de chicas se encontró con Dante y Jacobo. Dándose un pequeño saludo procedieron a salir por las grandes rejas de metal que protegen la academia.
Por estar ubicada en medio de un bosque, bajar al pueblo a pie tomaba aproximadamente veinte minutos, pero quince si tomaban el sendero transitable del bosque que por muchos años los estudiantes de la academia fueron creando por caminar entre los riachuelos y árboles señalizados.
Olivia tomaba fotos del cielo y las copas de los árboles, y por un breve instante se sintió en absoluta calma. El frío viento revolviendo el cabello de todos, ella riendo por lo bajo de los chistes malos de Dante y las risas escandalosas del resto mientras les seguía de cerca. Si algo podía pensar en esos momentos, fueron en las palabras de Bird el primer día cuando dijo "—Este lugar puede ser una pesadilla si se meten con nosotros o una gran experiencia si se juntan con las personas adecuadas..." y ya había comprobado que en ambas cosas Bird tuvo razón.
Las hojas secas cubrían como una enorme manta los costados del camino y en cuestión de nada, un enorme letrero de madera con letras blancas en el que se leía «Bienvenidos a Flăcări. Población 8.634» apareció mientras más se adentraban al pequeño poblado rodeado de plazas pintorescas. 
Olivia logró reconocer a uno que otro chico de sus clases caminando por el lugar con bolsas de compras y también a varias chicas que no están en el mismo nivel que ella, pero ha visto por los pasillos. La gente del pueblo manejando sus autos y otros tantos solo caminando con sus familias.
—Muy bien —Thania señaló el letrero rosado de Malteadas Gums—. Nuestro punto de reencuentro será allí en una hora, ¿de acuerdo? Aquí no hay forma de perderse —enfatizó con sus manos el lugar y el resto asintió—, todo está muy cerca y recorrer las tiendas para buscar lo que necesitamos de seguro no tomará más de cuarenta minutos.
—Está bien, nos vemos al rato —dijo Donatella y tomó de un brazo a Olivia para entrar a la primera tienda que le llamó la atención. Los demás se abrieron camino por separado a diferentes lugares.