Capítulo 81

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Sebastián

Estoy mirando por la ventana de mi despacho, no puedo dejar de verla, mi sonrisa y mis ojos brillan al verla.

¿Cómo es que puede que mi mujer sea tan hermosa? No puedo elegir una sobre otra porque todo me gusta, su cabello negro que siempre veo al despertar por las mañanas inunda mis fosas nasales huele también que es una costumbre tomar un mechón con las llemas de mia debos y olerlo, su piel suave que toco y recorro todos los dias, me da una sensación de tranquilidad porque esta conmigo, pero si la empizo a tocar de más mi deseo se esparce por todo mi cuerpo y tanto  quiero un hundirme en ella para darle sus mayores placeres, sus ojos azules son tan hermosos que me llevan a un abismo donde puedo ver desde adentro como brillan al verme, un abismo donde no quiero escapar, su sonrisa junto a esos labios cálidos y carnoso que me encanta besar son un lujo prohibido que solo yo puedo provar, son mas delisosos que el mejor vino, son mas embriagantes que el mejor alcohol y esa sonrisa brillante y picara me calienta más que el sol.

Simplemente todo de ella es perfecto.

Mi Luna se ve hermosa con ese vestido de campo y esa corona de flores sobre su cabeza que Ian le acaba de hacer, su belleza de mi luna resalta a simple vista pero igual resalta mi cachorro en su vientre.

Mi Luna se encuentra en el patio caminando con Ian que ultimamente no se le despega, puede ser porque ya estamos a días de recibir a mi cachorro o simplemente porque le gusta estar con ella, recojer a Ian fue una muy buena elección porque mi luna se esta desenvolviendo como madre. Lo lleva, lo trae habla con él e incluso a pesar de la edad de ambos juegan y se divierten juntos, mi luna le esta dando lo que él más quería y sé que el cariño de Ian igual evolucionó en este tiempo, la mira con confianza y con un amor puro que no siempre se demuestra, pero él lo hace acompañándola a todo lados y haciendo coronas de flores desdé que aprendió hacerlas.

Mi Luna se ha convertido en una diosa ante mis ojos y puedo asegurar que no soy el único que la ve a si, aunque ella no lo vea.

— Si la sigues viendo, te saldra baba de la boca — Una voz interrumpe el calido ambiente que brotaba a mi alrededor al ver a mi familia.

— tienes cosas que hacer Joel — No le estoy preguntado, más bien quiero que se vaya para que yo pueda seguir admirando a mi familia.

— mmm...No...No, de hecho te recuerdo que antes de que te levantaras y vieras Aadya, estabamos organizando la celebración que cada mes hacías, pero por ciertos eventos del pasado dejaste de hacerlo y que quieres volver hacer para cuando el futuro alfa nazca  escuche por primera vez la historia de sus padres, qué te parece el resumen de lo que estabamos haciendo hace 5 minutos.

— Joel — suspiro pesado

— Si.

— Vete.

— Te acabo de decir lo que estabamos haciendo ¿ Y quieres qué me vaya?

— Si.

— ¿Y cuándo vamos a terminar esto?

— Mañana.

— Pero...— No termina de hablar porque la puerta se abre, dejando ver ante mis ojos a Ian.

—Ian — susurro su nombre al verli ahi parado y nerviso, nada que ver con el Ian que vi hace un rato con mi luna — ¿Qué pasa?

— Mi hermano...

— ¡¡Sebastian!!

<< Mi cachorro >> ronronea Left y yo me quedo helado igual que Joel

¿Qué me dijo mi luna que hiciera en estos momentos?

La pregunta llega a mi mente sin recordar lo que me dijo que hiciera y lo que estuvimos practicando por semanas exactamente para que no me sucediera esto.

El Deseo de la Luna &quot;Restauración&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora