Rhaenyra había aterrizado con Syrax preparada para tomar el Trono de Hierro, cuando se aseguraron de que no había riesgo se bajó de su dragón y caminó con Daemon hacia la fortaleza esperando conseguirse con su hermano.
Sin embargo, Aegon no se encontraba allí, había escuchado de la amenaza de que su hermana iría por él por lo que tomó a Maelor y huyó, buscó como loco a Maela hasta que se enteró que esta había sido raptada, quiso enfrentarse a Daemon, pero con sus quemaduras, sabía que tenía su muerte asegurada por lo que solo se dio a la fuga con su hijo esperando que su hija estuviera bien.
Se dice que Alicent trató de huir, pero no lo logró por más que corrían por toda la fortaleza buscando una manera de salir, ya era demasiado tarde, Rhaenyra estaba allí y no dejaría que se fuera como si nada.
La madrastra de Rhaenyra se arrodilló ante ella cuando se sentó en el Trono de hierro suplicándole que hicieran un acuerdo para que nadie saliera lastimado, decía que convocaran un consejo nuevamente como años atrás para decidir quién merecía el trono que había dejado el difunto Viserys. La nueva reina se burló al escuchar las palabras de la verde, por más que ella intentara persuadirla no era ingenua.
—Dime Alicent, ¿qué prefieres? —preguntó viéndola con seriedad—. ¿Rendirte o ser quemada por Syrax?
La Hightower al verse en la situación sola y sin ninguno de sus hijos con la disposición de defenderla, no le quedó más que darle el castillo a Rhaenyra y ordenarles a todos los soldados que ahora estarían a la disposición de la platinada.
—La ciudad es tuya, princesa —se animó a hablar—, pero no la conservarás por mucho tiempo, cuando el gato no está los ratones hacen fiesta, pero mi hijo Aemond volverá con fuego y sangre.
Rhaenyra se rio viéndola, Daemon prometió encargarse del tuerto ese cuando tuviera tiempo, a pesar de todo eso y de las súplicas de Alicent por saber qué habían hecho con su nieta, no dio frutos. Ambos platinados permanecieron en silencio, si iban por Maela descubrirían el paradero de sus dos únicos hijos, no pensaban arriesgarlos ahora que ya tenía la ciudad en sus manos.
Buscaron por todo el lugar a Aegon, pero no lo consiguieron al igual que Maelor. A la única que lograron conseguir fue a Helaena la cual se encontraba encerrada en su habitación estando en su propio mundo sin saber lo que realmente estaba sucediendo, ella seguía ida.
—Hermanita —la llamó con dulzura Rhaenyra—, ¿dónde está Aegon?
La menor la miró con dolor, sus ojos estaban rojos de tanto que lloraba.
—¿Jaehaerys? —preguntó ida—. ¿Eres tú, mi amor?
La reina suspiró con tristeza de ver a su hermana así, no pensó que estaría tan mal como había escuchado a Maela hablar con su hijo, sentía lástima por ella. Helaena era una dulce personas, al menos con ella, conocía la historia de que trató de escapar con sus hijos para ir con ella, pero no los habían dejado.
Rhaenyra le prometió a Maela que no lastimaría a su hermano ni a Helaena, por lo cual dejó a un guardia a la disposición de esta por cualquier emergencia que se diera.
Por otro lado, Aemond no sabía de los problemas que se estaban dando en King's Landing, él solo peleaba con rabia adentrándose a Harrenhal, ese era su objetivo en ese momento. Tan solo pensaba que su sobrina había sido amada a manos de Daemon y lo llenaba de rabia.
Como victoria de su batalla se llevó a Alys Rivers consigo, la mujer lo veía con diversión.
—¿Qué desea de mí, príncipe?
—Se rumorea que eres una bruja.
—Los rumores dicen —bromeó.
—Dicen que puedes ver todo por tu bola de cristal, ¿es cierto?
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El Amor en la Gran Guerra || Aemond Targaryen
FanfictionFanfic de Aemond Targaryen x Maela Targaryen