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—¿Listo para irte? 
—Sí, estoy ansioso por llegar al departamento, no hay como estar en tu espacio. 
—Lo sé, ¿y Hobi? 
—Tuvo una cita para tatuar, le dije que estaría bien y que te llamaría, supongo que por eso se fue tranquilo. 
—¿Y por qué no me llamaste? 
—No quería molestarte —dice serio bajando su mirada. 
—Ósea que si algún día necesito de tu ayuda, ¿mejor no te pido el favor para no molestarte? 
—No lo digo por eso, en verdad no quiero que tengas problemas por mi culpa. Además, no creo que me necesites, tú debes tenerlo todo. 
Siento un nudo en la garganta y bajo la mirada triste, ¿debo tenerlo todo?, ojalá estuvieran mis padres y Tae a mi lado, los extraño como loco. Siento que Jungkook no me necesita y eso me aflige. 
—Jimin, lo siento, ¿dije algo malo? 
Camina hacia mí, me abraza, deja un beso en mi cabello y pega mi cabeza a su pecho. 
—Lamento si algo que dije te hizo sentir mal. 
—No pasa nada, creo que es mejor que me vaya —intento soltarme. 
—No te dejaré ir. 
Levanta mi mentón frente a su cara. 
—¿Puedes decirme que pasa? —limpia mis lágrimas. 
—Es solo que, estoy solo, no lo tengo todo como tú crees. 
De nuevo me aprieta fuerte a su pecho. 
—Lo siento, no lo sabía, ¿podrás perdonar a éste tonto? 
Asiento con la cabeza mientras continúo disfrutando de su abrazo y su aroma. Cierro los ojos y grabo éste momento en el corazón. 
—¿Podrías llevarme a casa? —pregunta entusiasmado.
—¡No!, lo siento, tengo cosas que hacer en la empresa, solo vine a ver si seguías aquí —bromeo con un puchero.
—Va, entonces me iré solito, solo espero que la loca de hace rato, no me secuestre —dice tocando su pecho fingiendo miedo.
Ambos reímos.
♥

Una vez que él pagó la cuenta del hospital, sin dejarme hacerlo, salimos por la parte trasera del hospital. Fue toda una aventura escondernos para no ser vistos por los reporteros. 
Minutos más tarde, ya estábamos llegando a su departamento. El hombre que siempre me cuidaba, se bajó del auto volteando a todos lados para verificar que nadie nos había seguido. Abrió la puerta y Jungkook y yo bajamos corriendo hacia su casa. Entramos apurados y morimos de risa. Parecíamos un par de niños huyendo de su Madre después de hacer una travesura. 
—Toma asiento, estás en tu casa —dice ya más calmado por el ataque de risa.
—Gracias.
Es muy acogedor el lugar, sencillo pero muy limpio y bien distribuido todo. 
—¿Te gustaría algo de tomar?, tengo té verde, café y agua. 
—El té estaría excelente. 
Pone agua a hervir en lo que agrega el sobre de té a dos tazas. 
Después de unos minutos, se sienta a mi lado dejando las tazas humeantes en una mesita frente al sillón de color chocolate. 
—Cuéntame, quiero saberlo todo de ti, ¿por qué dijiste hace rato que estás solo? —me mira atento con esos ojitos hermosos como los de un siervo bebe. 
—Bueno, no hay mucho que decir, fui hijo único, mis padres murieron en un accidente de auto hace seis años y mi mejor amigo se quedó en Francia a vivir con su novio. 
Toma mis manos. 
—Lo lamento tanto cariño, si te hace sentir mejor, yo también estoy solo, a diferencia tuya, tengo a Hobi. Crecí en un orfanato y al cumplir la mayoría de edad me mudé con mi amigo. 
—Siento mucho que hayas tenido que crecer en un lugar como ese Kookie —digo tímido y triste, como si no supiera lo que acababa de decir. 
—Me gusta el "Kookie". 
—Y a mí el "Cariño". 
Ambos sonreímos tímidos y sonrojados. 
—¿Por qué te fuiste a Francia por tanto tiempo? —pregunta mientras sopla y da un sorbo a su té. 
¿Cómo responder a eso?, dudo unos segundos y contesto. 
—Para ser honesto, el comentario de un chico sobre mi gordura hizo un clic en mí y me dediqué a cambiar mi físico. 
—Maldito, espero que se arrepienta de su comentario —dice molesto. 
—Eso ya no importa, ¿sabes?, lo he perdonado, la vida es tan hermosa que no merecemos cargar con rencores que solo nos lastiman. 
—Eres demasiado bueno, ¿sabes?, por muchos años fui el clásico gordito del que se burlaban, tomé la decisión de bajar de peso, trabajar y estudiar una carrera. 
—Vaya, has sido muy fuerte enfrentando tantas cosas. 
—Fue difícil, pero, espera, tú siempre has sido hermoso, desde..... —se congela. 
—¿Desde? —pregunto. 
Jungkook exhala y cierra los ojos por varios segundos.