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—¡Si, si!

—¡Felicidades!

—¡Ya era hora!

Las votaciones para las elecciones habían concluido, dando a Forever cómo ganador, y ahora presidente de la isla quesadilla.

La federación había planeado una fiesta después de dar anuncio al ganador, así que todos fueron hacia dicho lugar para celebrar.

—¿Qué se siente ser el presidente? —Cuestionó sonriente Cellbit hacia su amigo.

—Siento el poder, ¡Viva la dictadura!

—¡No! —Exclamó Richarlyson.

—Es broma, es broma. —Rió divertido, cargando a su hijo y sentandolo en su pierna. —Las cosas mejorarán a partir de ahora.

Roxy miraba la escena desde lejos, estaba feliz y quería ir con sus amigos para celebrar con ellos.

Pero no podía.

Su “esposo” ahora estaba afligido por haber perdido.

—Ocho mundos, ahora nueve, y siempre pierdes. —Dijo Roxy. —¿En verdad creíste que está vez ganarías? Fue una maldita perdida de tiempo y dinero.

—Callate ya. —Bramó Quackity. —Yo merecía ganar, ¡Hicieron un complot contra mi! ¡Yo vi las urnas, yo tenía más votos!

—Quizás alguien movió los votos. —Rió divertida.

—Tú... —Quackity la señaló. —Maldita, ¿Qué fue lo que hiciste?

—Lo que he hecho en todos los mundos. —Sonrió pero al instante recibió un golpe por parte de Quackity. —¿Cómo te atreves?

—¿¡Cómo te atreves tú a hacerme ésto!? ¡Yo merecía ganar! ¡Yo merecía ser el presidente! ¡Yo merecía estar en el poder!

—Nadie merece a un imbécil como tú. ¡Nunca vas a poder estar en ese lugar! —Exclamó y entonces el glitch comenzó a aparecer en ella.

Quackity sonrió, si la hacia molestar, sus emociones serían tan fuertes y harían despertar a Vexxie.

—¿Crees que no podría? —Sacó su intercomunicador, estaba encendido. —Todos saben que cambiaste los votos ahora... Yo era el ganador.

—¡Eres un idiota! ¡Tu no puedes ser ganador! ¡Tu no eres Quackity! ¡Eres un maldito imitador!

Quackity se hartó, sacó su espada y sin temor le hizo una gran herida en la pierna a la chica.

—¡Basta!

—¡Yo soy el verdadero! ¡Yo soy el que debe sobresalir! ¡Este es mi maldito mundo! ¡Yo soy el creador!

Y entonces...

Clavó su espada...

En el pecho de la peliblanca...

La fuente de energía de Roxy, se apagó.

Su sistema dejó de funcionar.

—¡Roxy! —Exclamaron desde afuera.

—Siempre arruinas las fiestas. —Dijo Quackity con odio en su voz.

La puerta se abrió mostrando a Cucurucho y a los Cucuruchos sin cara, al ver a Roxy, inmediatamente fueron hacia ella y le quitaron la espada del pecho.

—¡Eres un pendejo! —Exclamó Roier.

Cucurucho se llevó a Roxy, esperando poder arreglarla.

Roier estaba muy molesto, todos lo estaban. Los niños estaban asustados, ellos realmente no sabían lo que era Roxy, así que pensaban que había muerto.

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