Salió del baño, paró en el marco de la puerta de su habilitación. Apoyándose con su espalda contra una pared cercana, sus manos pararon en su cabeza, su pecho tembló, empezó a sollozar.
Ya no quería sufrir.
Sólo quería ser feliz con su pareja.
Una lágrima resbaló por su mejilla.
De pronto la puerta sonó.
Se limpió el rostro y se puso lo primero que encontró. Se dispuso a abrirla.
─ ¿Alemania?
─ ¿Puedo pasar?
El eslavo se puso a un lado dejando pasó a su amigo.
El alemán es su amigo desde su más temprana edad, incluso creyó estar enamorado de él resultando ser sólo un tonto romance juvenil. Perdieron contacto cuando el europeo tuvo que viajar a causa de su familia, reencontrándose cuando se mudó con su nueva pareja.
─ ¿Hace cuándo estás aquí?
─ Dos años.
─ ...¿Te ha llamado?
Se sentó en uno de los sillones, el alemán lo imitó ─ Sí, pero no le devolví las llamadas.
─ Te advertí que no me daba buena espina ─ acarició su cien a la vez que acomodaba sus lentes. ─ ¿Por qué volviste? ¿Trabajo? ¿Vacaciones?
─ No... ─ jugó con sus dedos, nervioso, nunca se lo contó al de lentes. Su silencio impacientaba al otro. ─ Vine por...mi familia.
─ ..¿Familia? ¿Tienes familia?
─ Sí...
Silencio.
De pronto el alemán se puso de pie, estampando al eslavo contra el sillón tomándolo de los hombros con rudeza. El ruso pudo ver cuernos a cada lado de la cabeza de su amigo, a diferencia de los de su casta, el alemán carecía de un lado animal, era más que eso.
─ ¿¡Abandonaste a tu familia?! ¡¿Eres estúpido o qué?!
─ ¡No! ¡Estoy intentando arreglar mi error!
─ ¿¡Error!? ¡No cometes el error de abandonar a tu pareja e hijo por ir con la primera que se te cruza por la calle!
Lo soltó sin pena alguna.
Alemania tenía razones suficientes para enojarse.
─ Errar es humano; perseverar el error es diabólico...
─ Y te diste cuenta que tu pareja e hijo te odian, bravo.
Eso dolió.
La sala se llenó de silencio.
Para calmar su ira, Alemania recorrió lentamente la habitación de su amigo, aparte de los detalles que daban un mejor realce al cuarto como estatuas y pequeñas decoraciones, sus ojos se fijaron en las fotografías.
Algunas eran de animales o pinturas famosas, otras retrataban a la que supuso era la familia de su compañero. Había varias donde posaba una familia de tres, el omega cargaba a un menor en sus brazos mientras sonreía a la cámara, otra dónde el niño montaba un caballo mientras estaba bajo la supervisión del alfa, otras donde solo la pareja era protagonista, dándose un beso en Navidad bajo un muérdago mientras su hijo miraba la escena con asco.
Supo que el nombre del pequeño era Rusell, estaba grabado en uno de los portafotos donde el menor posaba mostrando su diploma de segundo año de básica. Del mayor desconocía.
La sala se empezó a llenar de sollozos, Alemania se giró en dirección del euroasiático.
─ Destrocé mi felicidad, hice pedazos a mi familia al confundir amor con interés. Tenía todo lo que había soñado y lo borré con una estupidez ─ río secamente ─ Soy un estúpido ¿Verdad? Ví a mi pequeño nacer, vi sus primeros pasos y primeras palabras, no sabes como mi corazón saltó de alegría cuando me llamó 'Papa', no sabes como sonreía me recibía después de una larga jornada dónde sus abrazos y besos borraban todo.
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❝ Nacitav ❞ ─ RusAme
Fanfiction𝐍𝐚𝐜𝐢𝐭𝐚𝐯. ─ Recuperar a tu omega puede resultar difícil cuando otro alfa entra en escena. Y más cuando ese alfa es tu hijo.