Capítulo 11

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10 de septiembre de 2025

Lalisa Manobal.

Nunca había sentido esa terrible sensación de ser observada por todo el mundo. Aunque en realidad no podía afirmar que las personas me miraban, no dejaba de tener esa sensación de estar expuesta ante todos. Habían pasado dos meses desde que el juicio había iniciado y aún no podía acostumbrarme por completo. Cada día sentía que mis fuerzas decaían un poco más. Incluso una acción tan natural como lo era el respirar me resultaba demasiado difícil. No sentía fluir en mis pulmones el aire de manera constante, más bien parecía que el oxígeno se iba evaporando lentamente hasta volverse nada. El ambiente era tan caluroso que las gotas de sudor se deslizaban por toda la extensión de mi cuello haciéndome sentir de una manera más incómoda. Me estaba volviendo loca.

— N-ne... —tome aire— Necesito salir ahora mismo —mire a Bobby, quién era mi abogado pero no pareció escucharme en lo absoluto— Voy a irme —dije está vez intentando levantarme de la silla.

— Hey, ¿qué haces?, ¿qué haces? no te puedes ir   hasta que termine el juicio —tomo mi mano y me obligó a permanecer en mi asiento.

— No me siento muy bien —dije apenas nuestros  ojos se encontraron— No quiero seguir aquí —susurré mirando mis manos temblar.

— No falta mucho para que termine, ¿de acuerdo?, sólo un par de horas más.

— No creo que pueda soportarlo —volví a susurrar pero por segunda vez Bobby me ignoro por completo.

Miré el reloj que colgaba en la pared detrás del estrado, deseando tener algún tipo de poder sobrenatural para hacer avanzar el tiempo a mi antojo. Sólo un par de horas me dije mentalmente al nota que marcaban las 12:30.

— Sólo un par de horas... sólo un par de horas... sólo un par de horas... sólo un par de horas... sólo —dejé de murmurar cuando noté que Bobby ya no estaba a mi lado. Se encontraba en frente mientras su voz resonaba por toda la sala.

— Entonces, señor Park ¿confirma que el señor Jeon estaba con la víctima la noche del 2 de junio?

— Si.

— ¿Qué tan seguro está?

— Cien por ciento.

— Voy a pedirle que miré muy bien al señor Jeon y me diga si fue a él quien vió.

Hubo silencio por unos cuántos segundos. Aunque fácilmente pude sentirlo como horas interminables.

— Si, fue él. Estaba allí, estoy seguro.

— ¡Objeción! —grito el abogado de Jungkook— Está mintiendo, no tiene ningún tipo de pruebas que respalden su...

— Denegada —atajo el juez.

— ¿Qué estaba haciendo?

— Discutían, era una pelea bastante escandalosa.

— ¿Sobre qué discutían?

— Escuché el nombre de "Lisa" y "Lalisa" en repetidas veces.

— ¿Eran celos?

— Eso parecía. El señor Jeon le dijo que no se le volviera a acercar a ella nunca más, porque era suya.

— ¿Qué hizo después?

— Saco un arma de su abrigo y lo apunto con está.

— ¿Vió al señor Jeon dispararle a la víctima? —Bobby dió unos pasos más cerca del  testigo.

— ¡Objeción! —volvió a gritar el abogado de Jungkook.

— Denegada. Puede continuar —el juez señalo en un movimiento de cabeza a Bobby quién sonrió victorioso.

— Si, lo ví hacerlo.

— ¿Dónde le disparo?

— En la cabeza, fueron cinco disparos simultáneos. Luego otros tres más en su pecho.

— Entonces, ¿la víctima murió en ese instante no es así?

— ¡Objeción! el testigo miente, mi cliente nunca estuvo la noche de los hechos y mucho menos le dis...

— Denegado, y si sigue interrumpiendo abogado, me temo pedirle que abandone la sala.

El abogado de Jungkook apretó su puño en la mesa y se sentó de un tirón.

Fue entonces cuando lo ví, por primera vez desde hace meses, la persona que había cambiado mi mundo por completo. Aquél que me había destruido emocionalmente sin ningún tipo de compasión. Él que me había usado a su antojo y quitó de mi todo rastro de inocencia cuando tan solo era una niña. La persona a la que más había amado en toda mi vida.

Estaba exactamente igual que la primera vez. Incluso podría jurar que el tiempo sólo le había favorecido. Su hermoso cabello castaño caía por sus hombros. Su rostro lucía sereno, sin ningún tipo de expresión mientras clavaba su vista en la mesa y aquel tic peculiar que tenía al dejar caer los dedos de su mano derecha hasta tocar la superficie de madera una y otra vez. Podía ver su cuerpo, pero estaba segura que su mente no estaba con nosotros.

— Si, murió instantáneamente, lo comprobé yo mismo cuando el señor Jeon se fue.

— ¿Cómo lo hizo?

— Toque su muñeca, su pulso no estaba y su corazón ya no latía.

— ¿Qué hizo después?

— Salí de la habitación y me dirigí a mi despacho para llamar a la policía, tome mi teléfono y volví para tomar fotos de la escena.

— ¿Por qué tomo fotos?

— La policía tardaría dos horas en llegar, y temí que el señor Jeon volviera y limpiará la escena.

— ¿No temió por su vida al estar allí?

— Lo hice, pero presencié el asesinato de una persona sin ningún tipo de pudor. Tuve mucho más miedo al pensar que podría salirse con la suya y permanecer libre por las calles.

— Ahora —señalo la pantalla en medio de la sala, la cuál permanecía apagada hasta ese preciso momento— ¿Estás fotografías las tomo con su teléfono?

La pantalla se ilumino mostrando una escena grotesca.

Se podía observar el cuerpo sin vida de un hombre en el piso rodeado por un gran charco de sangre.

Mis ojos se llenaron de lágrimas. Era mi culpa.

— Si, yo las tomé.

Sentí arcadas a medida que las imágenes cambiaban acercándose más y más, hasta ver su rostro destrozado, ni siquiera podía reconocerlo.

No pude más y me levanté del asiento de golpe. De inmediato un terrible dolor se apodero de mi cabeza, similar al de un taladro atravesar mi cráneo, hasta romperlo en mil pedazos. Cerré los ojos fuertemente apoyándome en la mesa con una mano mientras con la otra sostenía mi cabeza como si fuese a despegarse de mi cuerpo. El dolor era insoportable y solo se intensificaba en cada segundo.

— ¿Le ocurre algo señorita Manobal?

Escuché la voz del juez en el silencio que se hacía presente.

Abrí los ojos, pero de inmediato me arrepentí, la luz blanca de las luces que iluminaban el techo era tan segadora como la del sol mismo. Me sentía mareada, sin fuerzas, como si todos mis sentidos hubiesen abandonado mi cuerpo.

Intente dar un paso pero mis piernas me fallaron y terminé cayendo al suelo. Lo último que ví antes de perder el conocimiento fue a Bobby tratando de tomarme y el grito de Jungkook llamándome.

OBSESIÓN  18 [LISKOOK] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora