A la mañana siguiente, me desperté temprano, Sebastián aún seguía durmiendo, ha tenido el sueño más pesado en estos dias.
Me levanté de la cama, busqué mi ropa y fui a bañarme, pensado en lo qué haría llegando haya. Me encontraba un poco nerviosa por ese asunto pero haría lo necesario para que todo estuviera en orden.
Salí de bañarme ya cambiada y miré que Sebastián aún seguía durmiendo. Debe estar cansado, ayer corrió como tan rápido que seguro Left ocupó parte de su fuerza.
Miré la sábana que cubría parte de su cuerpo notando que la luz ya entraba un poco, me acerqué a la ventana donde proviene la luz y desde ahí vi, como la vida de muchos ya había comenzado de nuevo.
Unos caminaban, otros corrían y otros simplemente estaban parados cuidando los alrededores.
La vida sigue, no importa lo que pasó en el pasado, la gente lo olvida y sigue, justo como ahora, aunque yo no quise este poder, ellos necesitan protección y libertad, pero sé que estoy en este lugar porque ya no está Henry y no les queda de otra que aceptarlo.
¿Podré llegar solo así?
¿Podré hacer un gran papel como él lo haría?
Me pregunté un poco desanimada, aún duele en lo más profundo de mi ser.
No se olvida a una persona de la noche a la mañana y creo que nunca lo olvidaré. No importa cuánto tiempo pase, siempre habrá un día, en el que quisiera que esté aquí compartiendo mi felicidad.
Volteo de nuevo, camino hacia Sebastián y le doy un beso en la frente con delicadeza para no despertarlo. Bajo a la sala ya cambiada, me preparo algo ligero y/a Sebastián también para que cuando despierte desayune.
Salí de casa y en mi transcurso de camino,
me encontré a Joel con Jenni.— Aadya — me llama Jenni al verme y me abraza. Correspondo su abrazo y después de unos instantes nos separamos. — ¿Cómo estás?
— Bien — Dije viendo al suelo y luego a ella.
— ¿Segura? Te veo algo apagada.
— Me encuentro bien, feliz y...quería agradecerte lo que hiciste aquel día...— Dije y Joel nos miro confundo. — Ya sabes, lo de los pensamientos de Henry. Sé que igual te lastime y lo...
— Shh — pone su mano en mis labios — está bien, todos cometemos errores, pero pocos podemos perdonar. ¿Y tú, ya lo perdonaste? — pregunta y Joel solo se queda en silencio, porque sabe que se refiere a Sebastián.
Guardo silencio unos segundos y la verdad al pensarlo mi mente está tranquila. No odio a Sebastián por ocultarme lo de Henry, me odio a mi, porque puede haber actuado de otra manera, pero no lo hice, siempre trato de no pensar en el hubiera, porque sé que nada cambiará y solo me odio más.
— Sí — digo y Joel vuelve a respirar — Pero aunque le dije a Jan que lo haría, siento que no puedo porque no es mi lugar, es de él.
— ¿Y cómo sabes que no es tuyo?
— Yo he hecho nada para ganarme su confianza y Henry...
— Él ya no está, y si te están solicitando es porque aunque sea muy poca su confianza contigo, quieren ver a la persona que él crío. ¿No lo has ido a ver?
— No. iba a pasar pero Asher me acompaño durante todo el camino cuando fui a casa y regresé con Sebastián. Sé que no se llevaban bien y no quería incomodarlo.
— Deberías ir, Henry era un poco testarudo también, a veces me sacaba de mis casillas, pero viví contigo y él, así que sé, cómo te sientes respeto a esta posición, pero piensa que su deseo era que fueras libre y ahora lo eres, sin miedo, justo como él quería, y sé que tomarás la mejor decisión que te haga feliz a ti. ¿Sí? — pregunta llevando su mano a mi mejilla.
— Sí. — acepto y Jenni deja un corto beso en mi mejilla. — ¿Saben, cómo está Emilio? pregunto una vez que se aleja de mi.
— Bien, muy feliz por la noticia ¿verdad? — afirma Jenni mientras regresa con Joel agarrándole su brazo.
— Si. De hecho yo tampoco puedo creerlo aún — sonríe Joel de manera cálida y pone su mano en la de Jenni melancólico.
— ¿Te encuentras bien? — pregunto al ver su expresión.
— Si. es qué... es cómo si viera a mi hija tener su primer bebé. — dice apunto de llorar y mi corazón se estrujó de alegría al verlo así pero igual sentí una tristeza inmediata queriendo más que nunca ir con Henry para darle la noticia.
— Ahh, pobrecito — suelta Jenni riendo mientras abraza a Joel.
— No te rías — suelta correspondiendo a su abrazo.
— No me estoy riendo. — suelta con una sonrisa.
— Gracias — los interrumpo sintiéndome melancólica al recordar mis días con Joel
— fuiste el primero que me trató diferente y te lo agradezco, ahora miro atras y veo lo mucho que cambie gracias a ti. Aunque no fue por completo, mis miedos al estar aquí se desvanecieron.— No tienes que agradecerme. — se acerca y pone sus manos en mis hombros — Somos hermanos, tu forma de llegar a mi familia pudo ser un asco, pero eso ya no importa, porque tú para mí sigues siendo mi hermanita y me alegra mucho que cumplas parte de tu sueño en un lugar donde puedo seguir estando al pendiente de ti.
— Si, fue un asco y aunque quisiera cerrar esas heridas del pasado, no puedo, no puedo verlos aún, fueron muchas cosas que por más que quiera olvidarlo, es una herida que aún duele.
— Lo entiendo, y estás en todo tu derecho de pedir ese tiempo, para ti, para tu vida aquí, por eso no presionaba a Sebastián a que regresar, sabía que lo necesitabas y si quieres yo puedo hacer tu trab...
— No necesitas hacerlo — lo interrumpo — lo haré yo, pero como dijo Jenni, primero tengo que ir a verlo, para poder hacer esto bien.
— Entonces ve con cuidado.
— Lo haré — le sonrió a ambos y doy media vuelta para irme.
Salgo de la manada frente a los ojos de muchos, queria pasar a ver a Emilio, pero mi mente estaba en otro lado que se me olvidó pasar a verlo.
Recorrí un largo camino a pie, la naturaleza, el sonido de las ramas y hojas que son movidas por el viento, son una melodía tranquila en mi recorrido para ir a ver a Henry y poder hablarle.
Subí hasta la montaña donde había enterrado sus cenizas, ya está de frente hacia él, la vista es grata y de alguna manera sentí como mis pies se hicieron más livianos.
Me acerco y me siento en el suelo.
— Hola — suspiro doblando mis piernas — Hay algo, que quiero contarte — dije mirando el horizonte y mis ojos se cristalizaron al instante; sin embargo con el paso de las cosas que le contaba la tristeza fue desapareciendo y más cuando mencioné mi embarazo, la tranquilidad se hizo presente, venir aquí fue lo mejor que puede hacer, me sentía feliz al decir cada palabra, porque podía sentir que estaba a lado de mi escuchando, aunque no pudiera verlo, y eso hizo que aunque estuviera hablando con el viento, las dudas se desvanezcan de mi mente aunque sea un poco.— Mi Luna — Escuché la voz de Sebastián, y volteé, dándome cuenta que había estado mucho tiempo ahí, hablando con él.
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El Deseo de la Luna "Restauración"
FantasyEl clima es cálido y acogedor, el Sol alumbra todo el bosque con sus rayos. bajé mi vista de nuevo al frente, miré del otro lado y algo llamó mi atención, enfoque mi vista y vi como del otro lado del lago algo blanco giraba de un lado a otro sobre...