01| El inicio

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1998

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1998

Hoy era uno de esos días en los cuales la familia Bennett viajaba rumbo a la cuidad de Stevenage, un distrito del condado Hertfordshire, ubicado al norte de donde ellos vivían; solo 15 minutos de viaje los separaban de la casa de la señora Victoria, madre del señor Eduardo, que era hacia donde se dirigían.

Las cosas entre Elizabeth y la mamá de su esposo siempre habían estado un poco tensas, así que por esa razón era que no se visitaban muy seguido, normalmente lo hacían una vez al mes porque al final de cuentas eran familia. Digamos que la señora Victoria nunca aprobó que su único hijo se casara con alguien de distinta clase social e intentó de todo para que su romance no floreciera, pero como dicen por ahí, el amor siempre triunfa y pese a las trabas que le ponía a la pareja estos nunca se rindieron, hasta que en cierto punto Eduardo la detuvo y le dió un ultimátum, o aceptaba a su mujer o el se iría a hacer su vida lejos, ya sabemos que opción tomó la mayor.

Otra cosa a resaltar era que el señor Bennett no le gustaba ir con su mamá porque en ocasiones ella podía hacer comentarios un tanto groseros, ejemplo de ello eran los constantes comentarios acerca de la ropa que su nuera usaba, alegando que era muy corta y llamativa o cuando su nieta nació quería vestirla únicamente de rosa y era algo en lo que el matrimonio no estaba para nada de acuerdo. Un tanto anticuada referente a su forma de pensar.

Regresando a lo que iban, llegaron a la gran casa que Victoria tenía, demasiado para una sola persona y para los pocos los empleados que decidían quedarse. Estacionaron el auto y los adultos se prepararon a bajar, cuando estuvieron listos ayudaron a su hija a salir, avanzaron y cuando llegaron a la puerta de la entrada tocaron el timbre, solo bastaron unos segundos para que fuera abierta y al ver quienes eran inmediatamente les dieron el paso.

Les pidieron que esperaran en la sala y que la señora estaría con ellos tan pronto le hablaran. Se sentaron y esperaron pacientemente la presencia de la mayor. Una mujer de unos 70 años aproximadamente hizo aparición saludándolos lo más corto posible; nunca disimulaba su disgusto hacia la pareja de su hijo, pero si quería seguir viendo a su nieta para tratar de amoldarla tenía que tratar de hacer la menor cantidad de comentarios hacia ellos para que Eduardo no se molestara y se marcharan. No podía influir en lo que usaba Emily pero siempre se enorgullecía de la elegancia que mostraba a pesar de ser una niña y era lo único que quería, aunque claro, jamás lo demostraba.

No había mucho que contar de la estancia en esa casa, lo único destacable era que en la mesa había un silencio demasiado incómodo mientras desayunaban que se podría cortar muy fácilmente con un cuchillo para mantequilla. Cuando la castaña hacía algún ruido más allá de sus cubiertos Victoria la miraba mal e inmediatamente la chiquita se disculpaba con ella por molestarla con el sonido. Parecía estúpido que soportaran esos tratos, pero había una parte de los tres Bennett que esperaba esa actitud cambiara en algún momento, proceso que podría agilizarse con sus visitas. Si en algún momento Emily tan si quiera fuera tocada agresivamente o golpeada por la anciana se irían sin saber más de ella, podría hacer los comentarios que quisiera, pero nadie se metía con su hija.

𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐏𝐑𝐄𝐓𝐄𝐍𝐃𝐄𝐑 | Lewis HamiltonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora