— ¿Realmente estás de su lado verdad?

— No es eso Sophie, pero me importas, no quiero que salgas herida y lo mejor es que sigas tu propio consejo, te olvides de él y sigas con tu vida, tienes todo un futuro por delante.

— Mi futuro es con él, Kyle.

— ¿Desde cuándo? Porque me parece que hasta hace poco habías decidido hacerlo a un lado y estar con Nick.

— No lo entiendes.

— Yo entiendo, Sophie. Sin importar a quién elijas, Alex o Nick, yo respetaré tu decisión, porque eso no cambia el cariño que siento por ti.

— ¿Y entonces qué? — pregunté con lágrimas en los ojos — ¿Ya no somos amigos?

— Yo nunca dije eso, tú eres la que está poniendo condiciones a nuestra amistad, tú eres la que quiere elegir — me ofreció un pañuelo —. A mí no me importa lo que está pasando afuera, tú y yo somos un punto y aparte.

Sequé mis lágrimas, estaba confundida, tanta información en mi cabeza no me dejaba pensar con claridad, sentí un impulso terrible por salir corriendo y no volver a ver a mi amigo jamás. Pero era cierto, él y yo no teníamos nada que ver con los problemas entre ellos. No éramos europeos ni asiáticos, sin embargo, no podía soportar la idea de pensar que Kyle estaba con Mizuki, mi sexto sentido gritaba que esa mujer era mala, aunque ese argumento no fuera válido para Kyle.

Por otra parte, el hecho de que mi amigo estuviera tan informado de la situación, al grado de que supiera el marcador me asustaba. ¿Cómo podía estar de acuerdo con eso?

Aunque, poniéndome en su lugar casi podía entenderlo, yo estaría en la misma situación. Apoyaba al bando de Alex sin siquiera conocerlos en persona. Después de todo lo que había pasado, lo amaba, pese a que nuestra relación estaba basada simplemente en cientos de sueños, gran parte de mí deseaba que los europeos ganaran sin importar el costo, pero el pensar en todas las vidas inocentes que se perderían para que eso sucediera .... debía haber otra manera, pero ¿cuál?

— ¿Sophie? — preguntó Kyle sacándome de mis pensamientos.

— ¿Qué?

— ¿Estarías dispuesta a escuchar a Mizuki y a Feng?

— ¡No es cierto! — exclamé — ¿También eres amigo de él?

— No tengo secretos con ella.

— Explícame ¿cómo es que te contó todo? Porque seguro te enteraste de lo que hacía, fue por eso que terminaste con ella la primera vez ¿cierto?

— Algo así, en realidad salvó mi vida.

— ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?

— Poco después de que regresó, fuimos a comer a Ryoko's, todo iba bien, hasta que diez hombres armados irrumpieron en el lugar disparando, Mizuki me aventó al suelo, acto seguido sacó una pistola de su bolsa y contraatacó, no niego que me sorprendió su habilidad e incluso me asustó.

Uno de los hombres apuntó hacia mí, pero ella fue más rápida, tres de ellos salieron corriendo, el resto yacía en el suelo, muertos o sumamente heridos, cuando escuchamos las sirenas de las patrullas Mizuki me tomó de la mano y me sacó del lugar. Fuimos a su casa, estaba en shock, no podía creer lo que acababa de suceder, pero también agradecí que no fuera yo el muerto.

Tardó un par de horas en poder explicarme lo que había sucedido y me contó absolutamente todo, me habló de ambos bandos; su historia con ellos, todo. Supe que su viaje a Pensilvania no había sido por sus padres, en realidad se fue a ayudar a Feng a combatir a los europeos. Le dije que necesitaba pensar las cosas y me fui sin poder creerlo. Poco después sucedió lo tuyo, lo que nos contaste me confirmó todo lo que Mizuki me dijo previamente, pensé mucho en volver con ella, pero tú me animaste a hacerlo, te hice caso y escuché a mi corazón, dejé a un lado todos mis prejuicios y acepté quien era ella, así como mis sentimientos, la quería, la quiero.

Amargas PesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora