🔹 Capitulo 14: Sentimientos.

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Justo ya era había terminado la hora del entrenamiento de arquería.

Era la hora de almorzar y Gordi lo último que quería era comer, sentía que no lo merecía, no merecía ni un poco de nada.
No entró al comedor, decidió quedarse afuera y reposar un rato en la parte trasera de uno de los  almacenes, precisamente dónde había un pequeño río un par de plantas con flores.

Estaba reflexionando sobre estos últimos días, Achuchones ha estado cuando más terrible se siente.
Todo empezó cuando se quedaron a dormir juntos aquella noche que Azulín desapareció, posiblemente con el tal Pompón... ¿Pero cómo había pasado todo? No podía imaginarlo, él sabe que Azulín y el Cabo se llevaban muy mal y de repente todo cambió. Tan de golpe le llegó como un cubetada de agua fría.
A pesar de ello, Achuchones ha estado para él, en realidad, todos se habían vuelto más amigables desde que Azulín ya no está tan presente. Era difícil para Gordi aceptarlo.
El osito verde-menta le dijo que era lindo, y lo conoce muy bien, es muy narcisista y normalmente no le da cumplidos a los demás, así que fue un verdadero halago recibir un cumplido de Achuchones; cada día cada momento con él era muy lindo.

Gordi sabe que le coquetea y posiblemente todas estas cosas eran su forma de demostrar su interés. Sin embargo, el problema de Gordi era que no se lo creía, no era posible que alguien estuviera interesado en él de forma genuina, quizá le buscaba cómo pasatiempo o porque quiere hacerle algo... Muchas inseguridades le invadían la mente cuando siquiera se atrevía a mirarlo.
Igualmente Azulín tenía la culpa de sus sentimientos, era un maldito que le había sugestionado que el único que le amaba era él y el único que sería capaz de hacerlo. Promesas vacías con palabras llanas: compartir sus almas en una sola parecía una ilusión que solo sería capaz de hacer con Azulín... O así era, tal parece que encontró un reemplazo, le daba a entender que no le importaba haberle ilusionado para simplemente votarlo por otra persona mucho mejor. Gordi estaba consciente de que Pompón era un hombre fuerte, educado, es más lindo que él, es delgado... Concluyendo en qué el osito mayor tenía muchísimas cualidades que Gordi no poseía y  jamás tendría. 

En consecuencia, Gordi ya en ese punto estaba enojado y lagrimeando a mares, con sentimiento de impotencia, las imperfecciones de su ser jamás las podría borrar y le ardía el corazón sentirse así... Arrancó un par de flores del suelo y empezó a romperlas lentamente.

«Dios... ¿Por qué eres duro conmigo y no con las flores?... »

Sorpresivamente, Achuchones se sentó a su lado. Le dolía verle tan mal, no olvidaba que el había sido muy malo como él anteriormente y le había visto con sus propios ojos ese dolor que parece ser interminable e inconsolable...
Trato de mantener una actitud amable para intentar animarlo, pero en el fondo estaba muy preocupado.

– Vamos no te sulfures, las flores no se deben romper... – tomó una de las flores del suelo y la arrancó delicadamente. – Se deben regalar. – le dijo mientras levantaba su mano y se la entregaba.

Gordi se sonrojó, era un gesto muy dulce y era lo que necesitaba en ese momento: algunos mimos y palabras bonitas. El osito rosa la tomó, la observó y nuevamente se entristeció.

–¿Por qué?... ¿Por qué te echaste la culpa por mi?...–

Achuchones quedó en silencio un momento, ni él entendía el porque.

– Porque... Últimamente te he visto tan mal, el dolor reflejado en tus ojos me confirma que estás pasando por algo, no tengo idea de que y... Quiero ayudarte si me lo permite. –

– De todos modos... No tenías que hacerlo, fue mi culpa y... –

– ¡Pero eso hacen los amigos! Sé que tú harías lo mismo por mi. Además, cuando estás conmigo o con alguno de los chicos te veo tan feliz... Déjate querer por tus amigos. – El osito verde-menta se acercó un poco más, hasta el punto en que podían juntar sus narices de osito. – Déjate querer por mi. Soy tu amigo hasta que Dios y tú me lo permitan. –

Gordi no entendía muy bien, si verdaderamente ofrecía su amistad o si se estaba declarando. De cualquier forma, que considerado era Achuchones al decir que sería su amigo hasta que él se lo permita.
Se volvió a sentir cómodo y sonrió, aún con una cuantas lágrimas en sus mejillas.

– Vamos, tú entre todos nosotros, eres el más alegre y me encanta ver esa sonrisa tuya cómo siempre iluminando mi vida cómo el mismo sol. –

Gordi pensó el cómo podía ser tan romántico y no parecerlo directamente. Sin duda, disfrutaba de su compañía. Se lanzó a sus brazos, dando un abrazo cálido y gentil.

– Gracias Achuchones, gracias por todo. –

– No hay de que Gordi... ¿Sabes? Ahora que tú hermano está concentrado con el señor Pompón, puedes pasar más tiempo conmigo y los chicos sin problemas. –

No debió de haber mencionado el nombre de Pompón, pero tenía razón, así podría tratar de hacer amigos sin que el celoso de Azulín lo molestaba (al menos ya no tanto como antes.)

[...]

Azulín después de comer en el comedor su ración diaria de gachas, se dirigió al hospital osito.
Se acercó a recepción a preguntar por Pompón.

–¿Cabo Pompón? – preguntó confundida la enfermera. – No ha venido aquí, quizá se equivocó de paciente. Pero no, aquí no lo hemos internado.–

Azulín pasó 5 minutos gritándole por su "descuido" y su "incompetencia". Y aún así, no logró nada con ello.
Se disponía a buscarlo, no podía andar por la vida con su brazo herido.

Lo busco en todo el campamento y parecía que se lo llevó el viento.

«¿Dónde demonios andas, querido Pompón?...»

Prueba de amor. (Cabo Pompón🧡 x Azulín💙)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora