Aparto los ojos tratando de no quedar como un depravado. Para la sociedad es morboso mirarle el cuerpo a una mujer por más de dos minutos y yo tengo el problema de embelesarme cuando el sexo opuesto me gusta y para mí Brenda Franco es una de las mujeres más sensuales del comando.

No lo pienso desde que me la tire, lo creo desde mi regreso a Londres.

Pise la central inglesa cuando tenía nueve años gracias a mi abuelo y en el trayecto por mi adolescencia me tope con varias chicas guapas que sí. Se ganaron mi atención, pero me fije en la que más problemas me trajo; Rachel James que se ganó un centenar de miradas cuando se incorporó teniendo dieciséis, para el mismo tiempo que entró Laila, Brenda, Scott, Harry y
Luisa.

No eran el grupo que se creyera la gran cosa, esa tarea la tenía Irina Vargas en los grupos femeninos y lord Lewis junto a Simón y un montón de pedantes que pasaban lamiéndoles todo el tiempo.

A mi Bratt siempre me cayó mal por creerse de sangre azul. También estaba Christopher que en el corto tiempo que compartió (Antes de largarse a desafiar al ministro) Descoño a un montón de gente en las narices de su novia en ese entonces (Sabrina Lewis)

Me gustaba Rachel y me gusto más cuando la vi de novia con Lewis, es que era de ese tipo de chica con belleza exagerada y la sencillez le ayudaba a la hora de atraer atención.

Era o es tan hermosa que obligo a mis dedos a que la dibujaran, tuve la necesidad de retratarla y no en un lienzo cualquiera, quería hacerme notar en una pintura tan grande como su belleza y lo hice. Cree a celeste para que cuando envejezca y muera el mundo se convenza de que si existió.

El encanto me duro hasta que su patético novio me envió a la guerra, me llene de rabia, la culpe por algo que no sabía y volví con tantas cosas reprimidas que quise odiar a todo el que estuviera a su alrededor. Era un resentido, estaba lidiando con mi problema, traía traumas de la guerra y todo era un revoltijo de mierda en mi cerebro.

Ahora no me explico como quería odiar gente a la fuerza, de igual forma mis intentos nunca funcionaron.

Simón pese a ser uno de los mejores amigos de Bratt siempre fue empático, Patrick se había ido casi al mismo tiempo que Morgan, así que no tenía cabida para echarle mierda, de hecho, nunca me ha caído mal.

A Scott e Irina me los mastico, pero no me los trago, Laila no puede caerle mal a nadie, Luisa va por la visa sin importarle a quien le agrada y a quien no... Brenda y Harry...

Con ellos si tuve cierta desazón porque, cuando volví ya estaba lidiando con mi decadente y vergonzoso estado. Si, bajo el hombre amargado y gruñón se escondo un depravado en potencia «Adicto al sexo en términos médicos»

En resumen, venía podrido de la guerra, la muerte de mi hermana el aislarme de mi familia me orillo a las adicciones y en vez de alcohol o drogas me fui por las mieles carnales.

Años donde de día era el perfecto soldado, pero ante el mínimo descuido me encerraba a masturbarme, a follar con la primera que me diera cabida.

Meses con noches llenas de mujerzuelas, clubes con depravados igual que yo, adquirí fetiches, cometí actos vergonzosos y en ese entonces era tan incontrolable que Brenda cayó en mi radar.

Al diablo Rachel James, me seguía pareciendo hermosa pero la transformación de Brenda de adolescente a mujer me atraía demasiado y me contuve porque estaba con Harry y atribuía mi encanto a mi problema. Y es que la belleza caribeña no me ayudaba, el culo de infarto, la forma desmedida de moverse como sus raíces lo demandan, siempre me dejaba babeando cuando coincidíamos en fiestas y tenía empalmes cuando la veía en arrumacos con su novio.

Lujuria ExtraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora