Capítulo 44

                                    

                                          
Sofía.
Hoy me siento feliz.
¿Y cómo no estarlo? Ayer fue un día bonito para mí.
Me estiro en la cama tratando de quitar toda la pereza que habita en mi cuerpo. Aún con pesadez me pongo de pie y voy directo al armario para poder vestirme y verme presentable el día de hoy.
Veo el reloj en la pared y puedo darme cuenta que aún es demasiado temprano.
A pesar de eso puedo usar mi tiempo para salir de la habitación y despejar la mente de todos mis pensamientos. Camino directo al jardín y viendo todo calmo me siento en el césped mirando el cielo.
—Veo que hoy te despertaste temprano.
Giro mi cabeza y Ámber está ahí, sonriente y tranquila a simple vista.
—Se me quitó el sueño temprano —me excuso—. ¿Por qué estás tú despierta?
—Soy una mujer responsable —dice simplemente—. ¿Ya me contarás lo que pasó ayer con Hugo? —Mi cabeza vuelve a girar de inmediato, mirándola asustada.
—¿Cómo...?
—Lo vi —explica breve—. Vi cuando se acercó a ti en esa esquina y luego vi como te siguió a donde sea que hayan ido.
—No pienses mal —aclaro de inmediato—. Te juro que no hice nada malo.
Lo que menos quiero es una especie de rumor viejo en el que me enrollo con el tonto ex-esposo de una reina.
—Yo no dije nada —dice levantando sus manos.
—Pero lo estás pensando.
—Claro que no.
—Ámber...
—¿Me dirás que pasó? —inquiere de nuevo.
—Me besó —digo y ella abre sus ojos sorprendida—. Bueno, no besamos en realidad. Fue por mutuo acuerdo.
—¡Es que no lo creo! ¡Se besaron!
—Ámber, no es la gran cosa.
—¡Es como vivir en una novela de amor!
—Ámber... —le riño—. No digas eso.
Lo que menos quiero en este instante es tener a mi hermana siendo la mayor fan de una relación que para mí está más que hechada a perder.
No está bien.
—¿Y te gustó volver a besarlo? —pregunta sentándose a mi lado, y haciendo un pequeño gesto de incomodidad cuando su fino vestido toca el césped.
—No quiero hablar de eso —murmuro.
—Sofí...
—Si me gustó, ¿bien? Me gustó mucho porque en serio extrañaba sus labios.
—Eso es muy bueno para Hugo.
—No es bueno para ninguno —aclaro.
No puedo negar que volver a besarlo fue una de las mejores cosas que he podido hacer desde que regresé a mi reino, pero es que... tengo miedo.
Claro que tengo miedo.
Le he dado mi corazón a Hugo a pesar de todos sus errores anteriores y aun así no lo supo valorar, y terminé mucho más lastimada de lo que me imaginé en algún momento.
Hugo siempre va a ser una difícil decisión en mi vida, sea para bien o para mal, y tengo miedo de intentar descubrir por cual de las dos opciones se inclina más.