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「One moment 」
Las olas y el viento mantuvieron condiciones favorables a su regreso a King's Landing. Morgana entrego el cofre con los títulos junto a los regalos para el rey y la princesa heredera por una nueva era de prosperidad con Dorne uniéndose oficialmente a la corona.
Laena descansaba en un costado del barco admirando el mar y la brisa fresca acompañada de una preciosa mañana.
—Hola, preciosa— Saerys apareció a su lado.
Había cambiado su atuendo de seda de Dorne por un vestido negro pero en vez del color rojo como era costumbre. Está vez combinaba con tela azul cielo y hilos trenzados en perfectos patrones desde Volantis del mismo color. Desde su collar hasta sus aretes eran zafiros con cadenas con oro.
—Sae...— Laena abrió los ojos adorando la imagen de la princesa—. ¿Azul?
—Morgana me lo entrego antes de zarpar— confeso pasando su mano por la falda—. El azul es un homenaje a la casa Arryn, la casa de mi madre y pensé que sería prudente vestirme desde ahora, estamos cerca.
La princesa recargo su peso en la orilla del barco.
—El azul es tu color— sonrió Laena deslizando su mano hasta la de Saerys con sutileza.
Al darse cuenta de esto, ella hizo lo mismo y pudieron juntar sus manos de manera que pasará desapercibida a los ojos de la tripulación.
—Es un gran halago viniendo de ti, preciosa—Saerys la mira con cariño.
—A decir verdad todos son tus colores— afirmó Laena hinchando el orgullo de Saerys.
—A mi me gusta cuando vistes con dorado— confesó la princesa—. Bueno en realidad me gustas tú y siempre te verás hermosa con cada prenda que te pongas.
—¿Incluso un costal de papas?— se burló la Velaryon.
—Serás el mejor costal de papas, te lo aseguro— continúo Saerys.
Laena golpeó a Saerys con su mano libre por su comentario mientras se reía. En ese momento unos rugidos las obligaron a subir la mirada, sobrevolando el mar. Vhagar y Cannibal surcaban desde King's Landing al encuentro de sus respectivas jinetes.
Vhagar al ser el dragón más grande vivo tan solo un simple aleteo cerca del barco ocasionó que este se moviera de forma brusca, Saerys atrapó a Laena con un brazo evitando caerse de la misma forma sosteniendo el borde del barco con fuerza.
Cannibal rugió cómo protesta a Vhagar por esto. La dragona le rugió de vuelta pero está vez no volvió a volar cerca del barca para evitar que su jinete saliera lastimada.
