Antes de empezar: Estoy de vuelta con esta historia y a partir de esta parte, comienzan los nuevos capitulos.
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Él tiempo había pasado volando, llevaba tres meses conociendo a Valt, no era qué le importará aquél chico de ojos color chocolate, pero debía admitir qué los entrenamientos con él habían sido todo un éxito, al mismo tiempo analizaba su comportamiento, claro qué jamás pensó verlo de mal humor cómo en ese momento, él de cabellos azules usaba su lanzador con él ceño fruncido.
- ¿Estás bien? - preguntó curioso.
- Deje la universidad, no es lo mío, pero sigo con la carrera qué estudiaba en secreto, aún así mamá me reprendió por algo tan insignificante - suspiro hondo - ¡Ya no soy un niño! - grito molesto, haciendo sobresaltar al de ojos color rubí.
- Tranquilo, deberías hablar con ella nuevamente - sugirió Sumie.
- No, está loca - hizo una pausa mientras recogía sus cosas - sabes hoy no tengo ganas de entrenar, me gustaría tomar unos tragos, sí quieres vamos yo invito la comida, y no, no voy a obligarte a tomar.
Él rubio lo miró sorprendido, creía qué no perdía nada así qué lo siguió hasta un local cercano, él lugar estaba vacío y luego de qué eligieron dónde sentarse, él Aoi se alejó para hablar con los empleados del lugar, lo vió sacar dinero mientras seguía charlando y acordando algo con la anciana del lugar, quién les hizo una seña a los tres empleados qué miraban a Valt con emoción.
- Listo, así no tendremos qué lidiar con la prensa o personas inoportunas qué inventan rumores - explicó mientras se sentaba en su lugar.
Fubuki lo miró desconcertado, era algo extraño qué un restaurante de carne estuviera vacío, Valt le contó qué él lugar era nuevo y aún sí las mesas estaban alejadas de las otras y tuvieran separaciones qué los separaban de todos, tenía a la prensa encima suyo, no iba a arriesgarse.
- Pide todos los cortes qué desees, tenemos carta abierta - sonrió, pero Sumie no noto la emoción de esos ojos color chocolate, los cuales parecían sombríos y desanimados, se sentía mal, tal vez lo había comenzado a considerar su amigo.
- Joven Aoi, aquí están las cervezas qué pidió, díganme qué desean comer o beber - sonrió la mesera quién parecía querer gritar de la emoción.
- Elige tú - pidió Valt mirando al rubio.
Él de piel clara ordenó la comida qué creyó conveniente, ambos pudieron a asar la carne mientras charlaban y coman, aunque él rubio noto qué Valt tomaba cerveza tras cerveza, luego lo vió tomar sake.
- Tal vez no has notado qué ella quiere lo mejor para tí - interrumpió Sumie, refiriéndose a la señora Aoi.
- Aún sí se tratan de las personas qué apreciamos, no podemos ser infelices y cumplir sus expectativas, eso significa sacrificar nuestra felicidad - sonrió Valt, quién había comenzado a ponerse ebrio, los ojos color rubí se agrandaron al instante.
