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—Así que ha estado perdiendo la memoria cada vez más. —Hablaba pensativo Vegetta mientras miraba a la durmiente Roxy. —¿Y eso a que se debería?
—No lo sé, hemos realizado varios estudios pero en ninguno salía algo extraño. Quizás el hecho de que esté en otro mundo significa que todos a pesar de querer recordar sus pasados no podrán.
—Tiene sentido.
—Hablando de otra cosa, ¿Ya estás preparado para las olimpiadas, Vegetta?
—Claro que si, ya tengo mi atuendo de fútbol. —Dijo simulando un acento mexicano.
—Vayamonos ya, las olimpiadas comenzarán en breves. —Dijo Sapo Peta para después ambos salir de la habitación de Roxy.
Fue entonces que una cabecita se asomó por la ventana.
—Rápido pendejos, chinguenle a subir. —Dijo Quackity mientras entraba a la habitación.
Quackity había recuperado a sus primos a costa de perder su hogar, pero ya no importaba.
—¿Pero qué hacemos aquí?
—Ustedes se van a quedar aquí con ella mientras son los juegos esos y todos los demás estamos en esa mamada. No pienso dejar a Roxy sin ningún cuidado aquí, cualquier secuaz podría venir y hacerle daño.
—Iiihhh, si te gusta la güera.
—Callate pendejo.
—No te preocupes, primo, nosotros cuidamos a la güera. —Dijo Beni quitándose el sombrero, siendo seguido por Cochi.
—Cuiden que nadie venga a ponerle nada, ¿Okay?
—¿Por qué estan hablando como si no los escuchará? Son muy escandalosos. —Bufó la peliblanca mientras despertaba.
Cuando la fémina miró a Quackity, ella de inmediato se quedó quieta, incluso parecía que había dejado de parpadear y de respirar.
—¿Quacks?
—¿Roxy?
—¿Cochi? —Beni miró al de sudadera roja.
—¡Hermano! —Y ambos se dieron la mano para después abrazarse.
—Par de tetos. —Gruñó molesto Quackity.
Roxy comenzó a recordar un poco de su pasado.
—Tú... Quacks... creí que no te volvería a ver, y ahora... estamos juntos de nuevo. —Roxy trato de levantarse pero sus piernas flaquearon, por lo que Quackity fue rápido y la sostuvo. —¿Por qué estás usando esa máscara?
Roxy le quitó la máscara, haciendo que los primos del de gorro abrieran la boca con sorpresa.
—Aún sigues igual de lindo que antes... y esa cicatriz.... —Roxy acarició suavemente dicha cicatriz.
