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Una semana había pasado y Paul aún no llegaba a casa, yo era un manojo de nervios.
¡POR LA MIERDA PAUL!
Ahora sí que estaba preocupada, fui hablar con el consejo que estaba compuesto por Billy Black, Harry Clearwater y el viejo Quil Ateara IV, pero ningúno me prestó atención.
—Tranquila Maya, sabemos que Paul está bien.—lancé una taza contra el muro de la cocina
Los nervios me estaban matando pero no podía hacer mucho, el consejo me prohibió involucrar al sheriff Swan, diciendo que tenía de otras emergencias que preocuparse.
Al parecer, un pueblerino de Forks fue encontrado muerto en el muelle sin una gota de sangre, Waylon Forge, encontrado en su barco cerca de su casa, asesinado por un animal desconocido.
¿Y si pronto encuentran el cadáver de Paul?
Mi corazón se apretó de sólo pensar en eso, el cuerpo sin vida de mi hermano mayor, mi única familia.
Si eso pasa, pateare los traseros viejos del consejo por no auxiliar mi grito de ayuda. Lo juro!
Gruñí al ver la hora, debía de regresar a la escuela, ya pasó la semana de suspendida y tenía que volver. Tomé mi mochila y salí de la casa cerrando con un portazo.
[.......]
—Maya Lahote favor presentarse en la oficina del director. Maya Lahote favor presentarse en la oficina del director.—la voz de la secretaria resonó por los altavoces y rodee los ojos
<<No he hecho nada, apenas he vuelto>>
—Bien hecho Maya, apenas vuelves y ya te mandan con el director.—se burló un compañero que se encontraba a unos bancos por delante del mío
—Claro pero como buena Lahote, no iré sin antes haber hecho algo—respondí con una sonrisa sarcástica y en cuanto pase por su lado, tome su cabeza azotandola contra un banco
—¡MAYA LAHOTE A LA OFICINA DEL DIRECTOR!—el profesor de matemáticas se encontraba furioso por mi reacción, el chico estaba inconsciente encima de su banco.
—Iba para allá de todas formas—me burlé saliendo del aula de clases, sin antes ver esos ojos castaños que me observaban con curiosidad.
Seth Clearwater, compañero de clases de toda la vida, era el chico más dulce y sonriente que existía en toda la reserva Quileute. Enserio, era la persona más amable que podía pisar este planeta, y mi amor imposible.
Un chico así de feliz, jamás se interesaría por una chica de mal carácter.
Sacudí la cabeza sacando esos extraños pensamientos que me provocaba, cuando mis ojos se encontraban con los de Seth Clearwater.
—¿Si querido director?—pregunté entrando a su oficina
—¿Golpeaste a Jonathan Evans?
—Pues claro, usted me llamó para venir hacia acá.
—¿Qué tiene que ver eso con golpear a tu compañero?
—No recordé haber hecho algo, así que si venia debía de tener una razón verdadera.—dije con simpleza y el director se me quedó observando incrédulo ante mi argumento.
—Uhm..eso no tiene sentido pero bueno, no te llamé para eso.
—¿Y para qué si?
—Tú siempre vas al punto—el director levantó sus cejas y me observó ante sus feos anteojos
—No me gusta perder el tiempo.
—Tu hermano Paul no ha venido a clases durante una semana, ¿sabes dónde está?
—No querido director, no lo sé.
—¿Segura? Eres su hermana.
—Exacto, soy su hermana no su GPS.
—Pero si tú no sabes, ¿Quién si?.
—No lo sé, pero apenas lo sepa me avisa, ¿si?.—sin esperar respuesta me levanté de la silla y salí de su oficina.
Ahora sí que estaba preocupada, esperaba que el director hablará con el consejo haber si le prestan la atención que a mí no.
[......]
Las clases terminaron y suspire con cansancio, odiaba el instituto, odiaba las tareas, pero sobre todo, odiaba a todos mis compañeros excepto a él.
—Adiós chicos, nos vemos—Seth se despedía de sus amigos antes de correr a donde un hombre mayor.—¡Papá!
Harry Clearwater, un hombre que era parte del consejo Quileute, se encontraba apoyado de una vieja camioneta.
Ambos se abrazaron con felicidad, se notaba que el mayor era un padre amoroso con sus hijos, algo que ni Paul ni yo pudimos tener.
—¡Maya!—levanté la vista cuando una voz me llamó, levante una ceja al ver que Harry Clearwater me llamaba para acercarme a donde él, pero no era la única que estaba confundida, Seth Clearwater también se encontraba tan confundido como yo.
—¿Si?—pregunté nerviosa en cuanto llegué a donde ellos
<<¿Será por Paul?>>
—Desde hoy te quedarás en mi casa por una semana.—avisó y lo observé incrédula antes de reír
—Si, uhm que buen chiste pero tengo mi propia casa, gracias.—dije dándome la vuelta pero Harry me detuvo por la mochila
—Es enserió, decidimos que lo mejor es que estés lejos de tu casa por un tiempo.
—¿Y eso por qué?
—Paul esta enfermo.
—Paul no ha llegado a casa siquiera.
—Sam lo llevó hoy y es contagioso, muy contagioso.
—¿Qué?—eso sí que no me esperaba
<<¿Paul está enfermo? ¡Mierda!>>
—Con más razón tengo que llegar a casa, ¿Quién cuidará de él?—pregunté comenzando a alterarme
—Sam Uley lo hará, confía en él, porfavor. Ahora vamos a casa, Sue preparó lasaña de almuerzo. —dijo Harry
—¡Qué bien amo la lasaña de mamá!—Seth olvidó todo el asunto de que una compañera de clase, con la cual nunca hablaba se quedaría alojando en su casa.
¡MIERDA ESTARÉ EN CASA DE SETH!
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