O23; El consentido es...

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La camisa verde es deslizada por mis hombros y la tomó para llevarla al cesto del cuarto de lavado, regresos los pasos, encendiendo el calentador de agua para preparar el té de hierbas que tanto amo.

No pude ver a mi chico la noche de ayer. Me envió un texto muy temprano donde decía que debía preparar algunos pendientes con sus padres. Por mi parte no tenía trabajo en el día, no había citas pendientes, ni hubo llamadas de emergencia.

Así que decidí no aplazar más lo que sé que debía hacer.

La lealtad y la confianza son cosas que aprecio de los demás y es por eso que mi regla principal es ser recíproco.

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El sonido de la televisión al fondo indica que ha sido encendida y el sonido de las voces demuestran que ven nuestra serie favorita. Tamboreo los dedos sobre el mármol de la isleta y cuatro vasos esperan.

Vierto el agua despacio, ha dejado las hierbas en el fondo y poco a poco sueltan su esencia. Tomo la bandeja y coloco las galletas en un plato pequeño y los vasos medios llenos en una bandeja para ser llevada.

Suspiro. Camino más seguro de lo que me siento y encuentro a las tres personas perfectamente acomodadas en el sofá, riendo.

Me siento en el sillón individual después de colocar las bebidas enfrente de cada dueño junto a las galletas en el centro. Estoy callado y miro de reojo la televisión, el capítulo es de mis favoritos, cuando Leonard cuenta la razón del fallo del ascensor.

Suspiro una vez más debido a los nervios y estoy decidido a reunir el valor. No he matado a nadie y no debería tener miedo. Pero me volví loco cuando mi hermano dijo que salía con Ohm.
Conozco a mi mejor amigo, y conozco su nivel de sobreprotección.

Enfrentarme a él fue algo que no espere hacer.

Carraspeo, aclaró la garganta y entonces ellos al fin me miran. Tienen los ceños fruncidos y las cejas arqueadas. Lo sé, debo parecerles un lunático.

- Gracias por venir... - Nervioso... así me siento.

Como un maldito ladrón que a hurtado donde no debe y los dueños lo han atrapado. Me siento de esa forma pero ellos... Ellos ni siquiera lo saben.

Off ni siquiera sabe que toque el cuerpo desnudo de su hermano y que tuve que poner todo de mi para no tomarlo por completo. Y es que, ¡dios mio! Ese hombre no es un juego.

Honestamente con Prae la cosa es diferente, somos amigos y teníamos reglas, es obvio que en cuanto lo sepa, sabrá que estamos en la línea amistosa.

- Ouu, demasiado formal. - Espeta el chico de hoyuelos que lleva una galleta a su boca.

- ¿Acaso hiciste algo malo doctor Láng? - Se burla la única chica del grupo de cuatro.

- ¿Por qué creerías algo como eso Prae? - Reclamó.

- ¿Entonces? ¿Por qué tanta formalidad con nosotros? No es propio de ti hermano. - Menciona el de ojos rasgados que toma el vaso y sorbe el caliente líquido con sabor a hierbas.

- ¿Formalidad? ¿Yo? No digas tonterías. - Nervioso, mi voz se quiebra de forma graciosa. ¡Maldita sea!

El pequeño de hoyuelos se inclina, recargándose sobre sus piernas y señala directamente a mi rostro antes de acusar.

- ¿Qué pasa? ¿Acaso jodiste a uno de nuestros hermanos?

Las risas comenzaron pero mis ojos se abrieron aterrorizados, tomando rápidamente el vaso, ni siquiera me importo lo caliente que está.

╰┈ 𝐂𝐎𝐃𝐄𝐖𝐎𝐑𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora